farmacovigilancia

La farmacovigilancia es un acto individual con un enorme potencial colectivo

Expertos en farmacovigilancia  destacaron que se simplificó el proceso de notificación de eventos adversos de medicamentos y vacunas.

Y hoy el formulario del Sistema Nacional de Farmacovigilancia se encuentra a un clic de distancia.

En ese sentido, remarcaron que reportar online el evento adverso de un medicamento lleva menos de 5 minutos.

Lo que permite conocer mejor los productos farmacéuticos, garantizar su seguridad y proteger la salud de las personas.

“Reportar un evento adverso es un acto individual y voluntario, pero con un enorme potencial colectivo para cuidar la salud de las personas”.

“Pueden hacerlo los pacientes, sus familiares, cuidadores, médicos u otros profesionales de la salud, instituciones o cualquier persona involucrada”.

Así lo destacó Caeme, la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales.

Caeme reúne a las empresas farmacéuticas y que investigan, desarrollan y comercializan medicamentos innovadores en el país.

Cualquier signo o síntoma luego de iniciar un tratamiento con un producto farmacéutico puede ser un evento adverso.

Estas situaciones individuales pueden estar siendo experimentadas por más personas en el mundo.

Por lo que es importante notificarlas y así incrementar la información colectiva de seguridad de cada producto farmacéutico (medicamento o vacuna).

Y por ende, prevenir potenciales daños y preservar la salud de las personas.

El monitoreo de seguridad de cada producto farmacéutico se lleva adelante durante todo su ciclo de vida.

Comienza en los extensos y rigurosos programas de estudios clínicos.

Las compañías asociadas a Caeme invierten más de US$ 500 millones anuales para desarrollar investigación clínica en el país.

Esta es precisamente la disciplina a través de la cual se evalúa y comprueba la seguridad y la eficacia de cada molécula que se estudia y se convierte en un medicamento que llega al mercado.

En el último año, se presentaron ante Anmat 228 protocolos de investigación clínica y participaron más de 50.000 pacientes en 19 jurisdicciones.

Luego, una vez que el medicamento se aprueba, empieza a comercializarse y lo utilizan miles de personas, es necesario continuar con la vigilancia.

Para seguir recolectando información sobre posibles eventos adversos que pudieran aparecer.

“Ante la detección o sospecha de un evento de seguridad por el uso de un medicamento, el paciente, cuidador, farmacéutico, médico u otro profesional de la salud puede reportarlo”.

“En el caso del laboratorio que lo comercializa tiene la obligación de hacerlo”.

Este reporte se pude hacer “esté o no ya descripto en el prospecto”.

“Otros aspectos que pueden y deben reportarse son uso fuera de indicación, interacción con otros fármacos, sobredosis”.

También su “uso en embarazo o lactancia, beneficio inesperado, falta de eficacia y desvío de calidad, por mencionar algunos”.

Así lo explicaron desde Caeme.

Esa instancia se conoce como farmacovigilancia, una herramienta clave que permite evaluar constantemente el perfil de seguridad de los productos farmacéuticos.

Y hacer así un balance entre sus beneficios y riesgos.

Si ese balance se altera, se toman medidas para proteger la salud.

Tales como cambios en la información de seguridad presente en el prospecto, modificaciones en las guías de tratamiento.

También notificaciones y recomendaciones a las sociedades médicas y a la comunidad.

Incluso podría ser el retiro del medicamento del mercado, aunque solo en casos extremos.

Ninguna de estas acciones es posible sin la evidencia que genera la suma de los reportes individuales de cada evento.

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