La FDA aprueba la terapia contra el cáncer colorrectal de Bristol Myers Squibb
- curecompass
- 23 junio, 2024
- Medicina, Salud
- ACS, Globocan, Nature Reviews Clinical Oncology, Observatorio Global del Cáncer de Naciones Unidas, ongreso Argentino de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva, OPS, Organización Panamericana de la Salud, Portada, Sociedad Estadounidense del Cáncer
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El tratamiento incluye el fármaco oral Krazati, que se utiliza junto con el cetuximab. La autorización se basa en los resultados en fase inicial y media en el que participaron 94 pacientes. El 34% de estos pacientes experimentaron una buena respuesta a la terapia combinada.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó el medicamento de Bristol Myers Squibb terapia combinada para el tratamiento del cáncer colorrectal en pacientes con una mutación genética específica, dijo el viernes el regulador de salud.
La aprobación bajo el proceso acelerado de la agencia se basó en un estudio de etapa temprana a intermedia, en el que a 94 pacientes previamente tratados se les administró el medicamento oral Krazati, en combinación con cetuximab.
Alrededor del 34% de los pacientes que recibieron el tratamiento combinado mostraron una respuesta parcial o completa durante el estudio. La combinación también ayudó a aumentar en 6,9 meses el tiempo que los pacientes vivieron sin que la enfermedad empeorara.
El cáncer colorrectal es el tercer cáncer más común en todo el mundo y representa aproximadamente el 10% de todos los casos de cáncer. Es la segunda causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Bristol Myers añadió Krazati a su cartera después de completar la adquisición de Mirati Therapeutics por hasta 5.800 millones de dólares en enero.
Krazati actúa atacando una forma mutada del gen conocido como KRAS que se produce en entre el 3% y el 5% de los cánceres colorrectales. Se dirige a mutaciones genéticas específicas que aumentan el recuento de células cancerosas independientemente del órgano en el que se originó la enfermedad.
«La aprobación ayuda a justificar la decisión de Bristol de comprar Mirati», dijo el analista de Morningstar Damien Conover. Calcula algo más de mil millones de dólares en ventas anuales para Krazati.
Bristol registró 21 millones de dólares en ventas de Krazati en Estados Unidos durante el trimestre finalizado el 31 de marzo de 2024.
La decisión de la FDA se suma al objetivo de Bristol de diversificar su negocio de oncología mientras la compañía enfrenta la presión de la disminución de la demanda de dos de sus principales medicamentos: el tratamiento contra el cáncer de sangre Revlimid y el anticoagulante Eliquis, que enfrentan competencia genérica.
Krazati había recibido la aprobación acelerada de la FDA en 2022 para el tratamiento de un tipo de cáncer de pulmón avanzado con la forma mutada del gen conocido como KRAS.
¿Qué dicen los números en Latinoamérica?
El cáncer colorrectal es el tercero más común a nivel mundial entre los hombres y el segundo entre las mujeres, explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En el continente americano es el cuarto cáncer más común, donde cada año se registran aproximadamente 246.000 nuevos casos y alrededor de 112.000 muertes, indica el informe de la OPS titulado “Tamizaje de cáncer colorrectal en las Américas”.
El estudio señala que la incidencia del cáncer colorrectal ha crecido en América Latina y el Caribe en las últimas décadas, principalmente debido a “cambios demográficos como el incremento en la esperanza de vida, los cambios de estilos de vida y patrones alimentarios y otros factores”.
El Observatorio Global del Cáncer de Naciones Unidas (Globocan) ha detectado un incremento en las tasas de incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal en pacientes menores de 50 años desde la década de 1990 en 9 países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México y Uruguay.
“Pasamos de la era de las enfermedades infecciosas a la de las enfermedades crónicas y mucho tiene que ver con el estilo de vida de las personas”, explica a BBC Mundo el doctor Mauricio Maza, asesor regional en prevención y control del cáncer de la OPS.
El experto asegura que “las tendencias de obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol y tipo de alimentación están cambiando” y afectan la incidencia de este tipo de cáncer, con un incremento sostenido durante los últimos años que se repite en todos los países de la región.
El año pasado, una investigación presentada en el Congreso Argentino de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva reveló que las tasas de mortalidad por cáncer colorrectal en personas de 20 a 54 años aumentaron en forma constante en Argentina, con un incremento del 25% entre 1997 y 2020.
Mientras, en EE.UU. un informe de la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés), publicado a principios de 2023, estimó que el 20% de los diagnósticos de tumores colorrectales en 2019 se realizaron en pacientes menores de 55 años.
Esta tasa duplica la observada en 1995. Los autores de la investigación calculan que las tasas de detección de esta enfermedad en fase avanzada han crecido alrededor de 3% cada año entre las personas que aún no han cumplido los 50 años.
El informe estadístico sobre el cáncer de la ACS publicado en enero señalaba que para 2024 se espera que entre las personas menores de 50 años el cáncer colorrectal sea la causa número uno de muerte por cáncer entre los hombres y la número dos entre las mujeres.
Mientras, un estudio global publicado en 2022 en la revista Nature Reviews Clinical Oncology que analizó datos de 44 países, señalaba que desde la década de 1990 el aumento anual promedio de los casos de cáncer colorrectal en adultos jóvenes fue de alrededor del 2% en Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia y Japón. En Reino Unido llegó al 3% anual mientras que en Corea y Ecuador fue aproximadamente el 5% anual.
¿Cómo detectarlo a tiempo? ¿Qué hacer?
En el caso de este tumor, existen dos pruebas principales que se pueden utilizar: la prueba de sangre oculta en heces y la colonoscopia.
La primera opción revela si hay sangre en las heces de un individuo. Aunque la presencia de líquido rojo no es un signo directo de cáncer (podría ser indicativo de una úlcera más simple, por ejemplo), levanta una bandera amarilla para un mayor análisis.
La colonoscopia, por su parte, implica insertar una cánula con una cámara a través del ano. Este abordaje permite al especialista ver el interior del intestino en tiempo real y detectar cualquier anomalía en las paredes del órgano.
Durante este procedimiento también es posible extirpar pólipos, lesiones que pueden desarrollarse y convertirse en cáncer en el futuro.
¿Pero qué prueba es mejor? Depende del punto de vista.
“La colonoscopia es la mejor prueba porque tiene mayor sensibilidad, es decir, una capacidad superior para detectar lesiones con precisión”, apunta Jácome.
“Además, es capaz de eliminar inmediatamente algunas de estas lesiones”, añade.
Pero en muchos países hay algunos problemas como la poca disponibilidad de equipos y profesionales capaces de realizar este procedimiento. Además, hay que tener en cuenta que esta prueba requiere una gran preparación, dado que el individuo permanece sedado durante unas horas.
«Es prácticamente imposible que cualquier país del mundo implemente un programa de detección del cáncer colorrectal basado únicamente en la colonoscopia», argumenta Hoff.
«La prueba de sangre oculta en heces es muy barata, fácil de realizar y, si se hace una vez al año, puede detectar signos tempranos de la enfermedad, como sangrado», dice el oncólogo.
«Incluso en los grandes programas de cribado poblacional en Europa, que ofrecen colonoscopia gratuita, la adherencia de la gente es muy baja. Menos del 20% de la población se somete a este examen regularmente», calcula Aguiar Jr.
Siguiendo esta línea de razonamiento, los expertos proponen un esquema de embudo: la prueba de sangre oculta en heces debería recomendarse a todas las personas mayores de 45 años, como una especie de cribado.
Los que no presentan cambios son dados de alta y regresan para un nuevo control un año después. En cambio, las personas que tienen sangre en las heces deben ser remitidas para una evaluación más profunda, con una colonoscopia.
“En promedio 5% de la población tendrá un hallazgo en la prueba de sangre oculta en heces y necesitará una colonoscopia, es decir, esta estrategia es capaz de posponer este segundo examen para el 95% restante”, estima Aguiar Jr.
Y seamos claros: el hallazgo de sangre en las heces no significa que ese 5% tenga cáncer. Según los expertos, esto sólo indica la necesidad de una evaluación más profunda.
A juicio de los médicos, esta sería una forma de ahorrar recursos y hacer pruebas más caras sólo para los pacientes que lo necesiten.
Fuente: Reuters y BBC
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