
La Anosmia es la pérdida del olfato y afecta a cerca de 2 millones de argentinos
- Redacción
- 27 febrero, 2025
- Día D
- AAAeIC, Anosmia, AOCBA, otorrinolaringología, pérdida de olfato, poliposis nasal, Portada, Stella Maris Cuevas, Susana de Barayazarra
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La Anosmia es la pérdida del olfato y es un cuadro con múltiples causas y que empeoró desde la pandemia.
Aunque en ocasiones se minimiza su impacto y existe un elevado grado de subdiagnóstico.
Como indican cifras de la OMS previas a la pandemia, el 5% de la población tiene anosmia.
Si se extrapolando esta proyección a la población argentina, arroja esa cifra por encima de los 2 millones.
Aunque la OMS sostiene que se encuentra en aumento y se desconoce su dimensión exacta.
El sentido del olfato es un sistema de alerta, que avisa si hay señales de peligro, como una fuga de gas, alimentos en mal estado o un incendio.
Como si esto fuera poco, el olfato “da el 80% del sabor”.
“Por lo que aquellas personas que tienen afectado el olfato muchas veces pierden el disfrute por lo que comen o beben”.
“Esta condición puede ocasionar una ingesta excesiva porque no sienten nada o disminución del apetito y problemas nutricionales”.
“Además, la pérdida del olfato puede generar cuadros de aislamiento social y depresión”.
Esto, “por la desconexión con experiencias sensoriales cotidianas”.
Así lo describió Stella Maris Cuevas, expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (Aocba).
Hoy se conmemora el Día Mundial de la Anosmia, una jornada dedicada a sensibilizar sobre la pérdida del sentido del olfato.
Así como su profundo impacto en la calidad de vida.
Porque aunque menos conocida que otras discapacidades sensoriales, puede afectar significativamente el bienestar emocional y la seguridad de las personas.
“Además de afectar la percepción de aromas, algunos estudios mostraron que la pérdida del olfato también puede alterar aspectos como la memoria y las emociones”.
“Ya que el sistema olfativo está estrechamente ligado al sistema límbico, responsable de regular nuestras respuestas emocionales”.
Cuenvas indicó que “lo que muchos experimentaron como algo extraño, pero pasajero, para otros es su realidad habitual”.
“Entre las principales causas de pérdida de olfato (y gusto) se encuentra la poliposis nasal”.
Esta es “una condición caracterizada por el desarrollo de pólipos benignos en el interior de la nariz o en las zonas huecas dentro de los huesos de la cara, también conocidas como senos paranasales”.
Por su parte, Susana de Barayazarra, presidenta de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), se refirió al respecto.
“La poliposis nasal consiste en la presencia de pólipos nasales en un cuadro de rinosinusitis crónica”.
“Esta última es sumamente frecuente y, además de la posible pérdida del parcial o total del olfato, genera secreciones”.
También “congestión y obstrucción nasal, estornudos, dolor y presión facial, manifestaciones que dificultan el sueño y otras actividades diarias”.
“Distintos estudios sugieren que la intensidad de sus síntomas es comparable con enfermedades debilitantes como insuficiencia cardíaca, dolor de espalda crónico y EPOC”.
“A pesar de todo esto, la poliposis nasal es un cuadro sumamente subdiagnosticado”.
“Tal vez porque el paciente se acostumbra a convivir con sus síntomas y a la mala calidad de vida que este le ocasiona, sin realizar una consulta médica”.
“O porque los pólipos nasales pueden pasar clínicamente inadvertidos si no se realizan estudios específicos”.