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Niños entre 1 y 2 años en Argentina presentan deficiencias significativas de nutrientes críticos

Un estudio del Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación (CEPEA) mostró las  deficiencias nutricionales en la dieta de niños y niñas de entre 1 y 2 años.

El análisis también concluyó que 8 de cada 10 niños no alcanzan la recomendación de ácidos grasos esenciales Omega 3 en esa etapa de la vida.

Además, el déficit de vitamina D afecta a 4 de cada 10, el de calcio, al 34% y el de vitamina B9, al 26,7%.

 La investigación se basó en los datos de la 2a Encuesta Nacional de Nutrición y Salud.

Y halló que las inadecuaciones nutricionales son más pronunciadas en quienes abandonan la lactancia materna y consumen leche de vaca.

Y demostró -a través de una simulación- que la mayoría de esos cuadros podría mejorar reemplazando -en esa etapa- la leche de vaca por fórmulas infantiles.

“En 2023 presentamos un trabajo sobre los déficits y excesos de nutrientes entre los 6 y 12 meses”.

“En esta oportunidad profundizamos en los 12 meses posteriores”.

“Una etapa de integración en la mesa familiar, de creciente socialización, de -en algunos casos- escolarización en guarderías o jardines maternales”.

“Y en la que más de la mitad de los niños y niñas ya no recibe lactancia materna”.

“A pesar de la recomendación de sostenerla en forma complementaria hasta los 2 años”.

Así lo explicó Sergio Britos, director de CEPEA.

Es clave que la alimentación complementaria sea de calidad.

Al año de vida, niños y niñas ya incorporan todo tipo de alimentos, incluyendo leche de vaca.

Que en la Guía de Práctica Clínica en Alimentación Complementaria se sugierie hasta ese entonces como tercera opción.

Detrás de la lactancia materna y las fórmulas infantiles.

Porque su composición nutricional es inadecuada para esa etapa.

La investigación de CEPEA consistió en extraer los datos de la Encuesta Nacional sobre ingesta total de energía y nutrientes.

Y consumos del componente lácteo (leche humana, leche de vaca y fórmulas infantiles) de 2.835 niños y niñas de entre 1 y 2 años.

Evaluaron las deficiencias de nutrientes en promedio, respecto de las recomendaciones de ingestas.

Y luego, reemplazaron en una modelización teórica los consumos de leche de vaca por cantidades equivalentes de fórmulas infantiles.

Tras lo cual volvieron a medir adecuaciones nutricionales y prevalencia de deficiencias.

El análisis de los datos duros de la Encuesta halló que los nutrientes cuya ingesta promedio superan a la recomendación son vitamina B12 (411% de adecuación entre ingesta y recomendación).

Además de proteínas (342%), zinc (225%), vitaminas A (199%) y B9 (115%).

Los nutrientes incorporados en proporciones insuficientes son vitamina D (53% de adecuación), ácidos grasos poliinsaturados omega 3 (73%) y hierro (96%).

Las mayores prevalencias de deficiencias corresponden a omega 3 (81,2% de los niños y niñas no alcanzan la recomendación).

También a vitamina D (42,1%), calcio (34,4%), vitamina B9 (26,7%) y hierro (12,2%).

Una vez producida la modelización, reemplazando en forma teórica el consumo de leches de vaca por fórmulas infantiles en una cantidad equivalente, mejoran todas las adecuaciones en forma significativa, de tal forma que el único nutriente que continúa con inadecuación en el promedio de los niños y niñas es la vitamina D.

Como describió Britos, llegaron a la conclusión de que, a través de ese reemplazo, “disminuirían en forma estadísticamente significativa la prevalencia de deficiencias en 4 de los 5 nutrientes más deficitarios (omega 3, vitaminas B9 y D, y hierro)”.

Además, el componente lácteo representa casi 30% del aporte de energía.

Y la mitad de ese aporte, en promedio, corresponde a leche de vaca.

Que si no es específicamente fortificada, no es buen complemento de las deficiencias y excesos.

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