
Las enfermedades respiratorias más comunes del otoño-invierno
- Redacción
- 30 junio, 2025
- Salud
- Asma, bronquiolitis, COVID, Enfermedades Respiratorias, EPOC, gripe, Hospital de Clínicas, influenza, neumonía, Portada
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Con la llegada de los primeros fríos, la salud se pone en alerta. Especialistas del Hospital de Clínicas de la UBA indicaron cómo prevenir las enfermedades respiratorias más comunes del otoño-invierno. Las claves para distinguir entre una urgencia y una emergencia. Así como entender qué enfermedades son típicas del frío, cuándo y quién debe vacunarse. Y cómo actuar ante síntomas que van de la alergia estacional a una internación por bronquiolitis o neumonía.
Congestión, tos, mocos, malestar general. La lista parece repetirse todos los inviernos y afecta a chicos, adultos y mayores. Pero ¿cómo saber si estamos frente a un simple resfrío, una gripe o algo más serio? ¿Cuándo es momento de preocuparse y cuándo alcanza con quedarse en casa haciendo reposo?
Por su parte, Pia Majdalani, jefa de la División Medicina Interna General del Clínicas, señalo que “muchas enfermedades respiratorias del invierno comparten síntomas similares. Pero no todas tienen el mismo riesgo, ni para todas las personas. Hay una diferencia clave entre tener fiebre o no, entre tener asma o EPOC o no, entre ser joven y sano o estar inmunodeprimido o con enfermedades de base”.
“El síntoma que marca el grado de urgencia es la fiebre. Sin fiebre, una congestión, un poco de dolor de garganta o una tos pasajera no suelen ser urgencias. Como tampoco requieren medicación ni consulta médica inmediata. Pero cuando la fiebre aparece, sobre todo si se mantiene por más de 48 horas, se enciende una alerta. Ahí es donde el cuerpo dice que algo más serio puede estar en curso. No siempre será grave, pero sí requiere evaluación médica”.
“Más allá de los nombres, gripe, COVID, bronquiolitis, neumonía, influenza, hay un punto en común. Lo importante es conocerse, prestar atención a la intensidad de los síntomas y al contexto en que aparecen. Porque no es lo mismo tener una gripe siendo una persona joven y sana, que si se tiene asma, si se es mayor de 60 o si se convive con una enfermedad respiratoria crónica”.
Con el cambio de estación y el descenso de temperatura, los ambientes cerrados y la circulación de virus respiratorios generan un combo. Afecta especialmente a niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. “En estas épocas del año se produce un aumento significativo de las enfermedades respiratorias. No solo el frío nos enferma, sino también la exposición a los gérmenes según la estación”. Así lo explicó Ana Putruele, jefa de la División Neumonología del Clínicas.
Los virus respiratorios muestran comportamientos estacionales bien definidos. Los rinovirus, asociados al resfrío común, son más frecuentes en otoño y primavera. Mientras que los virus de la gripe proliferan en los meses de invierno. Las condiciones de baja humedad propias del clima frío pueden resecar las mucosas de la nariz y los ojos. Debilitando así la primera barrera de defensa del cuerpo frente a bacterias y virus. A eso se suma que, en invierno, las personas tienden a pasar más tiempo en espacios cerrados y con poca ventilación. Lo que favorece la circulación de virus como el de la influenza.
“El pulmón es un órgano altamente expuesto: respiramos alrededor de 10.000 litros de aire por día. Es sorprendente que haya una infección pulmonar cada 100 personas por año. Pero en esta época, el frío y las condiciones ambientales duplican o triplican esa probabilidad. Los grupos de riesgo son los niños hasta los dos años de vida y los adultos mayores de 55. A partir de esa edad, la mortalidad por neumonía se incrementa notablemente. Aunque la medicina avanzó, esta sigue siendo una de las principales amenazas para la salud de la población mayor”.
La bronquiolitis es la primera causa de internación pediátrica en Argentina durante el invierno. Afecta principalmente a niños menores de dos años y tiene un alto impacto en el sistema de salud, especialmente entre mayo y agosto. “Se trata de una enfermedad viral que produce inflamación en los bronquiolos, las vías más pequeñas dentro de los pulmones. Y puede comenzar con síntomas muy similares a los de un resfrío”. Esto explicó por su parte, Carlos Velasco, del servicio de Neumonología Infantil del hospital.
Fiebre, congestión nasal, decaimiento, tos persistente, falta de apetito y dificultad para dormir son los signos iniciales. La mayoría de los casos pueden tratarse en el hogar con seguimiento médico. Pero entre un 5% y 10% requiere internación, y en los cuadros más graves puede ser necesaria la administración de oxígeno o incluso ingreso en terapia intensiva. La severidad aparece cuando el pulmón no logra oxigenar correctamente. Lo que puede derivar en insuficiencia respiratoria y poner en riesgo la vida del niño.
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