
La ludopatía se volvió una preocupación creciente
- Redacción
- 23 junio, 2025
- Salud
- FISP, ludopatía, Portada, salud mental, trastorno mental
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Más allá del juego presencial, la ludopatía también se expresa en entornos digitales y plataformas online, ampliando su alcance e impacto en la salud mental. Este trastorno, reconocido por el DSM-5 como una adicción no relacionada con sustancias, puede presentarse de forma episódica o persistente. Y su gravedad varía entre leve, moderada y grave. Así lo indicó Juliana Lanza, directora de Psicología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública (FISP). Se trata de una problemática que requiere atención profesional y abordaje específico, especialmente ante el avance de su versión digital.
La impulsividad que opera detrás de este cuadro se considera un factor de riesgo en relación al juego patológico. Y puede asociarse a otro trastorno mental. Los ludópatas suelen presentar una prevalencia elevada de comorbilidad con una frecuencia mayor cursando trastornos de personalidad. Así como, trastornos por uso de alcohol, afectivos y de ansiedad.
El trastorno del juego se relaciona con la impulsividad atencional y motora en presencia de señales relacionadas con el juego. La impulsividad es transdiagnóstica definida como la tendencia a realizar acciones que parecen precipitadas, expresadas apresuradamente, excesivamente arriesgadas. Y puede presentarse a través de conductas adictivas relacionadas y no relacionadas con sustancias.
La compulsión tiene como contracara a la impulsividad y se relaciona con la urgencia (negativa o positiva) por una gratificación o recompensa inmediata y no diferida. Acompañada en ocasiones a la búsqueda de sensaciones y significancia puede encauzar la tendencia a realizar actividades altamente emocionantes y, a veces, peligrosas. La búsqueda intencionada de recompensas y exposición a riesgos.
En el caso del trastorno del juego se incluye el uso de internet y de diversas actividades específicas que se practican en línea acarreando consecuencias negativas. Así como disfunciones e incluso deterioros para la vida cotidiana, el desempeño de tareas diarias y las relaciones sociales. El uso problemático del juego en línea y fuera de línea implica un problema de salud pública relevante. Y debe evaluarse por profesionales de salud mental para su tratamiento.
Se estima que el trastorno del juego afectaría al 3% de la población mundial (adolescente y adulta). Y se caracteriza por criterios diagnósticos como control deteriorado sobre el juego (inicio, frecuencia, duración, interrupción). También, mayor prioridad a los juegos sobre otras actividades (cotidianas). Además, continuación o intensificación del juego a pesar de las consecuencias negativas. Por ejemplo, conflictos familiares, dificultades educativas o profesionales, resultados negativos para la salud. Asimismo, angustia marcada y deterioro funcional. Por ejemplo, en la vida personal, familiar o social.
La ludopatía, en todas sus formas, requiere comprenderse como una problemática compleja que dejó de ser entretenimiento a partir de que se juega, más allá de la voluntad. Está fuera de control de la voluntad por ello es compulsivo. Su abordaje debe incluir tratamientos individuales, probablemente duales. Y debe haber también estrategias de prevención, de regulación del acceso al juego y una mayor concientización social sobre sus efectos para desestigmatizar y valorar sus riesgos. Reconocer la ludopatía a tiempo es clave para evitar un deterioro mayor en la calidad de vida de quienes la padecen y sus familias.
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