
El herpes zóster afecta a personas mayores de 50 años pero pocos saben cómo prevenirlo
- Redacción
- 26 febrero, 2025
- Salud
- Funcei, GSK, Hebe Vázquez, herpes zóster, Hospital Italiano, Miriam Rozenek, neuralgia posherpética, Portada
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El herpes zóster es una enfermedad que la causa la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo de la varicela.
Se estima que más del 90% de la población sufrió esta enfermedad.
“Se instala en el cuerpo cuando somos pequeños, se esconde y permanece latente dentro de los ganglios nerviosos durante años hasta que vuelve a aparecer”.
Así lo explicó Miriam Rozenek, médica infectóloga y geriatra del Hospital Italiano.
A medida que las personas envejecen, las defensas del cuerpo se debilitan.
Y en consecuencia aumenta el riesgo de desarrollar la afección, que generalmente se presenta como una erupción con ampollas en el tórax, el abdomen o la cara.
Esta produce un dolor agudo y punzante..
“El sarpullido brota en un área delimitada del cuerpo que sigue el trayecto de un nervio y puede ir acompañada de fiebre, fatiga y mal estado general”.
Esto indicó por su parte Hebe Vázquez, coordinadora del grupo de trabajo de vacunas de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (Funcei).
Una encuesta global de Ipsos, con el impulso de GSK, a personas de entre 50 y 60 años reveló que hay un menor conocimiento sobre los riesgos asociados a esta etapa de la vida.
Por ejemplo, las enfermedades vinculadas a un sistema inmunológico debilitado.
Muchas de las enfermedades que afectan a los adultos mayores de 50 años son prevenibles o se pueden tratar.
Pero requieren de una consulta médica precoz y un diagnóstico y tratamiento temprano.
Comorbilidades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, renales y pulmonares (asma, tabaquismo y EPOC, entre otras).
Todas ellas se vinculan directamente al debilitamiento del sistema inmune y a factores como el estrés.
También a las condiciones de salud preexistentes y el estilo de vida.
Como indicó la encuesta, más de dos tercios reportaron padecer un alto nivel de estrés.
Mientras que el 16% lucha por sobrellevarlo a diario.
Como agravante, el 55% desconoce que las enfermedades crónicas pueden debilitar el sistema inmunológico.
A pesar de esto, los resultados muestran que un tercio de los adultos en este grupo etario no considera prioritario tomar medidas preventivas para cuidar su salud, aun sabiendo del impacto severo que puede tener en su calidad de vida.
En Argentina, un informe con una muestra de 235 personas arrojó que, aunque el 82% de los mayores de 50 años escuchó hablar del herpes zóster, solo la mitad considera que podría tener un impacto serio en su salud.
Además, el conocimiento sobre la vacuna que previene esta enfermedad se limita a que el 49% sabe que existe.
Mientras que apenas el 27% habló del tema con su médico.
La encuesta también pone de manifiesto que los pacientes aún carecen de información suficiente sobre los síntomas y sus posibles complicaciones.
Y en consecuencia, existe la creencia errónea de que el riesgo de padecerla es bajo, como lo percibe menos del 20%.
Sin embargo, las mujeres, así como quienes ya tuvieron contacto con la enfermedad o conversaron sobre ella con su médico, tienden a ser más conscientes de su gravedad.
La complicación más común del herpes zóster es la neuralgia posherpética (NPH).
Se trata de un dolor nervioso que puede durar semanas o meses y, en ocasiones, puede persistir durante varios años.
Se presenta hasta en un 30% de los casos y varía según la edad del individuo.
Esta es más prevalente en mujeres de las franjas etarias más avanzadas.
Además de que podría relacionarse con complicaciones severas, como un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular.
También puede comprometer los ojos.
La posibilidad de sufrir NPH, además, aumenta con la existencia de comorbilidades.
De hecho, en la Argentina, casi la mitad de los que desarrollaron la complicación tenían enfermedades previas.
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