Medicamentos fotosensibilizantes: un riesgo de verano que no se ve
- Redacción
- 7 enero, 2025
- Importante, Salud
- amiodarona, clorpromazina, dermatología, Destacado, medicamentos fotosensibilizantes, Portada, radiación ultravioleta, Sociedad Argentina de Dermatología
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Llegan las vacaciones y el uso de medicamentos fotosensibilizantes debe hacerse con extremos cuidados.
Así lo indicó la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).
Las reacciones a medicamentos fotosensibilizantes representan alrededor del 8% de todas las reacciones adversas que pueden generar los fármacos.
Son respuestas anormales de la piel que ocurren cuando ciertos medicamentos captan la radiación ultravioleta (RUV) del sol.
Y se transforman en elementos que pueden causar reacciones alérgicas o de toxicidad.
Estas reacciones pueden ser tanto raras como comunes, dependiendo de la sustancia involucrada.
En particular, los medicamentos, tanto sistémicos como tópicos, se conocen por provocar este tipo de respuestas.
Para que una reacción de fotosensibilidad ocurra, deben coincidir tres factores.
Primero, la exposición a radiación ultravioleta (principalmente rayos UVA), ya sea por el sol o fuentes artificiales como pantallas electrónicas.
Segundo, que el medicamento o sus metabolitos estén presentes en la piel en el momento de la exposición.
Y tercero, que el medicamento sea capaz de absorber la radiación y transformarse, generando así una respuesta de toxicidad o alergia.
Las reacciones se dividen principalmente en dos tipos: fototoxicidad y fotoalergia.
La fototoxicidad es más frecuente con medicamentos de uso sistémico (administrados por vía oral o intravenosa).
Mientras que la fotoalergia se presenta comúnmente con productos de uso tópico como cremas o lociones.
La fototoxicidad se asemeja a una quemadura solar exagerada, con enrojecimiento, inflamación, pequeñas vesículas e incluso ampollas.
Que aparecen en las zonas de la piel previamente expuestas al sol.
Los síntomas pueden durar entre 2 y 7 días después de suspender el medicamento.
Aunque algunas áreas pueden quedar con manchas marrones persistentes.
Por su parte, las reacciones fotoalérgicas se desarrollan entre 1 y 14 días después de la exposición al RUV.
Y suelen manifestarse como un eccema (inflamación cutánea caracterizada por enrojecimiento, vesículas y picazón).
Este tipo de reacción puede extenderse más allá de la zona expuesta al sol.
No depende de la dosis del medicamento ni de la intensidad de la radiación.
Y puede generar sensibilización permanente debido a la respuesta inmunológica.
Algunos de los fármacos más comunes asociados con reacciones fotosensibilizantes incluyen amiodarona, clorpromazina, doxiciclina, hidroclorotiazida.
También ácido nalidíxico, naproxeno, piroxicam, tetraciclina, tioridazina, vemurafenib y voriconazol.
Es importante señalar que algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), pueden provocar ambos tipos de reacciones.
Para reducir el riesgo de estas reacciones, se recomienda administrar algunos medicamentos fotosensibilizantes, como los AINEs, por la noche.
Especialmente si se trata de dosis únicas o aplicaciones diarias.
Además, durante los meses de mayor radiación solar, es fundamental limitar la exposición al sol y a fuentes artificiales de RUV.
El uso de ropa adecuada, sombreros, gafas de sol y protectores solares de amplio espectro, como los que contienen filtros físicos como el dióxido de titanio o el óxido de zinc, puede ayudar a prevenir la fotosensibilidad.
Si una persona experimenta lesiones en la piel tras la exposición al sol, es fundamental consultar a un dermatólogo.
Para determinar si la reacción está relacionada con un medicamento, cosmético o incluso una planta.
En caso de sospecha de fotosensibilidad, lo mejor es suspender el medicamento, y si no es posible, evitar la exposición al sol y a fuentes artificiales de RUV.
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