Lidherma

Lidherma cumple 35 años de producción dermocosmética con respaldo científico

Lidherma, empresa argentina de dermocosmética con respaldo científico, celebra 35 años en la industria.

Su crecimiento y permanencia en el mercado se deben a una apuesta constante por la innovación.

Desde sus inicios, la compañía priorizó la investigación y el desarrollo de productos.

Lo que le permitió adaptarse así a las exigencias del sector con el uso de ingredientes activos de última generación y tecnologías avanzadas.

Manteniendo siempre una visión a largo plazo, Lidherma continúa combinando ciencia y tecnología para ofrecer soluciones eficaces y seguras.

La historia de la marca comienza con su fundadora, Patricia Dermer, doctora en Química y especialista en Análisis Biológicos.

Quien tras un trabajo ad honorem junto a Luis Federico Leloir, obtuvo su primer empleo en el Hospital Ramos Mejía.

Y posteriormente ingresó al Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires.

Allí, conoció a Alberto Cordero, un dermatólogo pionero en estética.

Juntos estudiaron el ácido retinoico, lo que despertó en Dermer un interés por la relación entre el envejecimiento y el cáncer de piel.

Llevándola así a desarrollar productos cosméticos en un laboratorio prestado que demostraron ser altamente efectivos.

En 1989, ante la necesidad de generar ingresos adicionales para su familia, Dermer fundó Lidherma.

El nombre significa «Laboratorio de Investigaciones Dermatológicas«.

Y marcó desde entonces la vocación científica y el enfoque en la salud de la piel que la marca sostuvo a lo largo de los años.

Su primera sede fue en una casona de Buenos Aires, en el barrio de Belgrano.

Donde el equipo inicial contaba con 2 dermatólogas, 2 cosmetólogas y 2 kinesiólogas.

Este grupo de profesionales contribuyó a introducir por primera vez en Argentina un enfoque integral del cuidado de la piel con la morfología corporal.

En 1992, Dermer comienza a formular productos para otros médicos y cirujanos, naciendo las fórmulas profesionales.

En ese sentido, Lidherma siempre combinó capacitación y producto.

Para mediados de los ‘90 surgen distribuidores en todo el país para satisfacer la demanda creciente.

El primero de ellos se estableció en Rosario, Santa Fe.

Desde ese entonces Lidherma creció hasta convertirse en un referente indiscutido en el mundo de la dermocosmética.

Con más de 80 empleados y una red de más de 70 Lidherma Skin House en todo el país.

Donde los clientes pueden recibir asesoramiento personalizado de las profesionales que evalúan su piel y sus necesidades.

Este año se realizaron capacitaciones en 10 provincias a través de Lidherma Skin Tour.

Un encuentro que reunió a profesionales del sector, distribuidores y franquiciados, en donde Dermer participó a través de charlas.

“Es esencial apoyar a los profesionales de la estética al ofrecerles productos, formación, servicios y recursos que faciliten su desarrollo”.

“Estamos orgullosos de ser un socio confiable y esperamos continuar colaborando junto a ellas en el futuro», afirmó la fundadora de Lidherma.

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