Salud Mental; la terapia en tiempos de Zoom pone en debate su conveniencia
- Redacción
- 6 noviembre, 2024
- Salud, Tecnología
- Hospital de Clínicas, Juan Ingelmo, Meet, Portada, terapia, Virtualidad, Zoom
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Con la irrupción de la terapia online, las prácticas de los profesionales de la salud mental se encuentran frente a un nuevo paradigma.
Especialistas del Hospital de Clínicas de la UBA hablan sobre qué es lo conveniente y más adecuado para cada paciente.
Y qué nuevos desafíos introduce en la profesión esta herramienta.
“Desde el punto de vista de quien formula la consulta, el paciente, la diferencia entre la terapia presencial y la virtual no suele ser tan marcada”.
“La pantalla virtualiza la presencia del terapeuta, y muchos pacientes no reflexionan profundamente sobre las diferencias entre ambas modalidades”.
“Sin embargo, para el terapeuta, las diferencias son sustanciales”.
Así lo sostuvo Juan Ingelmo, jefe Interino del Departamento de Salud Mental del Clínicas.
Uno de los aspectos que no pueden dejarse de lado según Ingelmo es la pérdida de la observación completa del cuerpo del paciente en la terapia virtual.
“En una consulta presencial, el especialista tiene la posibilidad de observar detalles sutiles del movimiento corporal del paciente”.
“Que pueden ser cruciales para un diagnóstico preciso”.
“Por ejemplo, un ligero temblor fino en las manos, que puede indicar problemas como la acatisia”.
“Que es un síntoma de ansiedad o un efecto adverso de ciertos fármacos”.
Y que “es algo que difícilmente se puede detectar a través de una pantalla”.
Además, la terapia virtual presenta una necesidad mayor de carga cognitiva tanto para el terapeuta como para el paciente.
“El hecho de que la imagen de uno mismo aparezca en pantalla añade un elemento de distracción”.
“Aunque no se quiera prestarle atención conscientemente”.
También mencionó el ligero “delay” en las videollamadas, que aunque imperceptible en muchos casos, puede afectar la fluidez de la comunicación.
A más estímulos, se requiere más concentración y capacidad de atención.
Pese al alcance que esta herramienta brinda a pacientes y terapeutas, Ingelmo sostiene que la consulta virtual debe utilizarse sólo cuando la presencialidad no es posible.
O para una circunstancia especial donde uno debe hacer un seguimiento cuando el paciente está lejos.
Pero siempre que haya tenido la oportunidad de evaluar al paciente presencialmente y sepa que esta es la mejor opción.
Entre las cosas que se pierden en la virtualidad, está la posibilidad de hacer un examen físico.
“Los psiquiatras debemos realizar muchas veces maniobras para un examen neurológico de los pacientes”.
“Lo que nos permite hacer diagnóstico diferencial en las que estas maniobras son necesarias, y obviamente no se pueden realizar virtualmente”.
A pesar de estos desafíos, la terapia virtual ofrece un importante beneficio: la accesibilidad.
Para personas que enfrentan dificultades para asistir a una consulta presencial, ya sea por razones geográficas o de movilidad, la terapia virtual es una alternativa invaluable.
Sin embargo, Ingelmo subrayó la importancia de un consenso clínico sobre cuándo es viable y cuándo no.
“Sugiero que al menos las primeras consultas sean siempre de forma presencial”.
“Para poder establecer un encuadre adecuado y valorar las condiciones de riesgo que pueden surgir durante la terapia”.
El especialista sostuvo que aún nos encontramos en una etapa precoz del desarrollo de la video consulta como parte de la terapia.
“Hay tiempos de evolución que requerimos para dominar una actividad”.
“Más con las tecnologías que avanzan a una velocidad exponencialmente mayor que nuestra capacidad de comprenderlas en muchos casos”.
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