Conicet

Científicos del Conicet descubren mecanismo molecular que promueve la resistencia a algunas terapias contra el cáncer

Un grupo de científicos del Conicet descubrió un mecanismo molecular que promueve la resistencia a algunas terapias contra el cáncer.

El estudio se realizó en líneas celulares y lo lideró el investigador del Conicet Eduardo Arzt.

Podría contribuir a abrir paso hacia el futuro diseño de nuevas alternativas terapéuticas.

Para el tratamiento de ciertos tipos de tumores y enfermedades relacionadas con el envejecimiento

La senescencia es un mecanismo natural por el cual, como respuesta a diversos factores de estrés, las células dejen de dividirse.

Pero continúan vivas y metabólicamente activas.

Como consecuencia de este proceso, sufren una metamorfosis que les permite seguir cumpliendo sus funciones sin replicarse.

El grupo “Tumores del sistema neuro-endócrino” del Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA) estudia hace años este fenómeno.

Y su último paper se publicó en la revista Aging Cell.

Allí se pudo dilucidar un nuevo mecanismo involucrado en cómo se mantiene la senescencia celular y en su impacto en la evolución de los tumores.

“Es muy relevante estudiar el fenómeno de senescencia porque está involucrado en muchísimas patologías asociadas al envejecimiento”.

“Sin embargo, no es siempre ‘el malo de la película’, y tampoco está claro que eliminarlo vaya a traer beneficios directos”.

Así lo comentó Florencia Herbstein, becaria doctoral del Conicet y primera autora del trabajo de los científicos.

La senescencia es un fenómeno que puede ser muy beneficioso cuando se activa en reparación y regeneración de tejidos.

También en el desarrollo embrionario, o para prevenir la propagación de células dañadas que podrían convertirse en cancerosas.

Como sucede en los tumores hipofisarios.

Pero no siempre su activación trae consecuencias positivas.

Así como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la senescencia tiene dos facetas: también se la asocia con el proceso de envejecimiento.

Con el paso del tiempo, la acumulación de células senescentes en los tejidos puede contribuir a la disminución de la función orgánica.

Y al desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad, como Alzheimer, Parkinson y cáncer.

Al entrar en senescencia, las células se transforman.

Conocidas como ‘células zombie’ por no dejarse morir, las senescentes se agrandan.

“Como si fuera un intento fallido de dividirse y entonces la célula se vuelve más grande”.

“Este aumento de tamaño es característico y puede verse a través de un microscopio”, explicó Herbstein.

Otra de sus características es que comienzan a secretar productos, moléculas pro-inflamatorias y a exportarlas fuera de la célula.

Una de ellas es la citoquina IL-6.

En el laboratorio ya venían estudiando esta citoquina en tumores hipofisarios.

En trabajos previos vieron que las células senescentes de la hipófisis producen IL-6.

Y transmiten señales anti división, es decir, a favor de la senescencia.

Pero también sabían que esta misma molécula transmite una señal de mucha división celular.

“Desde hace muchos años estamos intentando contestar una pregunta intrigante que finalmente logramos responder con este paper”.

“Cómo una misma molécula y un mismo receptor pueden disparar en dos células vecinas señales completamente diferentes: senescencia o proliferación”, sostuvo Arzt.

En la investigación, los científicos del Conicet llegaron a la conclusión de que mientras un mensaje se envía desde la membrana celular, el mensaje contrario se envía desde el interior de la célula.

IL-6 actúa hacia el interior de la célula, amplificando su estado de senescencia.

Y al mismo tiempo funciona ‘hacia afuera’ estimulando la proliferación de las células vecinas.

Leave A Comment

WP to LinkedIn Auto Publish Powered By : XYZScripts.com