
Cáncer de ovario: la mayoría llega tarde al diagnósitco
- Redacción
- 23 mayo, 2025
- Salud
- AAOC, Asociación Argentina de Oncología Clínica, cáncer de ovario, oncología, Portada, Sostén
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Siete de cada diez mujeres llegan tarde al diagnóstico de cáncer de ovario, según Sociedad Americana de Cáncer. No existen aún métodos de tamizaje que permitan sospechar el tumor en estadios iniciales. Por su parte, la Asociación Argentina de Oncología Clínica subrayó que realizarse controles médicos frecuentes y prestar atención a determinados signos y síntomas puede hacer la diferencia.
Desde la organización de pacientes Sostén, sugirieron que el abordaje de las pacientes debe ser integral. Y considerar tanto el acceso a la innovación como el manejo nutricional, acompañamiento psicológico e, inclusive, los cuidados paliativos cuando sean necesarios.
Asimismo, ambas instituciones advirtieron sobre la necesidad de aumentar la información disponible para la comunidad. Y de promover políticas de detección y tratamiento que contemplen la complejidad de esta enfermedad.
En Argentina se diagnostican cerca de 2.200 casos por año, como indican datos del Ministerio de Salud. Y su abordaje representa un desafío, en gran medida, porque suele detectarse en etapas avanzadas.
En general, el diagnóstico suele producirse cuando la enfermedad ya se diseminó fuera del ovario. Y los signos iniciales suelen confundirse con afecciones gastrointestinales o urinarias comunes. Estos signos son distensión abdominal, molestias digestivas, dolor pélvico o sensación inmediata de saciedad al comer. Todo esto contribuye a que más del 70% de los casos se diagnostique en estadios avanzados. Lo que reduce significativamente las posibilidades de curación.
“A diferencia de otros tumores, el cáncer de ovario no cuenta con un test de tamizaje eficaz para la población general. Lo que significa que no existe, al día de hoy, un estudio que permita detectarlo precozmente en mujeres sin síntomas. Esto hace que sea un verdadero desafío para los equipos de salud. Por eso es fundamental que las mujeres estén atentas a cambios persistentes en su cuerpo, aunque parezcan menores. Y que los profesionales tengan un alto índice de sospecha ante ciertos cuadros clínicos”. Así lo afirmó Matías Cortés, médico oncólogo, integrante de la comisión directiva de la AAOC.
Uno de los avances más importantes en la comprensión de esta enfermedad fue el reconocimiento del componente genético en una proporción significativa de los casos. Determinados biomarcadores (alteraciones genéticas o presencia de proteínas) específicos pueden indicar mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Lo que permite considerar acciones preventivas. O inclusive ayudar al equipo de salud a tomar decisiones terapéuticas con más información y así lograr los mejores resultados posibles.
En mujeres con antecedentes familiares de estos tumores, o con mutaciones ya identificadas, el asesoramiento genético y la vigilancia clínica son claves. En aquellas recién diagnosticadas, la realización de estudios genéticos será vital para determinar el camino a seguir.
El cáncer de ovario representa una enfermedad grave y un desafío tanto para los médicos como para los pacientes. Las opciones de tratamiento actuales, especialmente para aquellas pacientes con enfermedad avanzada y resistencia a la quimioterapia basada en platino, datan ya de más de una década. Sin embargo, en este tiempo se logró un mayor y mejor conocimiento de la biología tumoral. Lo que permitió la identificación de objetivos moleculares específicos que ofrecen la posibilidad de una terapia dirigida. Mejorando así significativamente el pronóstico. Se espera que en los próximos meses se confirme la llegada de terapias innovadoras y específicas.
Los especialistas sostienen que hoy la información genética de los tumores es indispensable para tomar decisiones. Aunque remarcan que el éxito del tratamiento depende tanto del acceso a drogas innovadoras, como de la calidad del abordaje quirúrgico y del enfoque interdisciplinario.
“Es fundamental que las pacientes sean tratadas en centros con experiencia en oncología ginecológica. Donde puedan acceder a los tratamientos oncológicos adecuados. Y también al asesoramiento genético, nutricional, a la contención emocional y cuidados paliativos, si son necesarios”. Así lo remarcó María Iglesias, presidenta de la Asociación Civil Spstén.
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