Síndrome de Fin de Año

Síndrome de Fin de Año, agotamiento extremo y falta de motivación

El Síndrome de Fin de Año es un fenómeno ampliamente reconocido que se relaciona con el estrés acumulado a lo largo de los meses.

A medida que se acercan las fiestas, muchas personas sienten que llegan al fin del año «quemadas».

Esa sensación de agotamiento extremo, irritabilidad y falta de motivación es el Síndrome de Fin de Año.

El estrés es una respuesta física y mental esencial frente a la incertidumbre, el cambio o la amenaza.

Que se diseña para ayudarnos a superar situaciones desafiantes.

Sin embargo, su impacto en la salud depende de la capacidad de resiliencia individual.

Que se define como la habilidad de enfrentar, absorber y recuperarse de adversidades.

La resiliencia se nutre de experiencias previas, recursos personales y las herramientas adquiridas a lo largo de la vida.

El síndrome burnout es un trastorno que afecta a trabajadores de diversas profesiones.

Y se caracteriza por un agotamiento emocional profundo, despersonalización y una disminución de la sensación de logro personal.

“En este contexto, el estrés se convierte en un compañero constante y, en muchos casos, dañino”.

Así lo explicó Cynthia Dunovits, especialista en psiquiatría del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas de la UBA.

A medida que se acumulan las demandas laborales, las horas extras y las expectativas poco realistas, muchas personas sienten que están al borde.

Pero este trastorno no es exclusivo de aquellos que trabajan presencialmente.

Aquellos en modalidad remoto también enfrentan la presión constante de estar conectados.

Así como de cumplir con plazos sin el respiro que ofrece el espacio de una oficina.

“El home office demostró ser un arma de doble filo”.

“Si bien ofrece flexibilidad, al mismo tiempo puede generar una sensación de desbordamiento, difuminando las líneas entre la vida personal y profesional”.

Los factores que contribuyen al desarrollo del burnout son variados y muchas veces interrelacionados.

Estrés laboral, largas horas, falta de descanso y apoyo insuficiente son solo algunos de ellos.

“El cansancio, la frustración y la sensación de no poder continuar en el trabajo deterioran no solo el rendimiento sino también el bienestar psicológico”.

La vida moderna, llena de expectativas, y la presión constante por ser productivos llevaron a un aumento de síntomas de agotamiento emocional en diversos sectores.

“Los síntomas del burnout —fatiga crónica, dolores de cabeza, irritabilidad— pueden presentarse ya sea en un entorno de oficina o en casa”.

Si no se identifica y trata, el burnout puede llevar a depresión, trastornos de ansiedad, consumo de sustancias, todos los cuales tienen tratamiento.

Pero también hasta al suicidio en situaciones extremas.

Incluso cualquier profesional de la salud lo puede padecer.

“Hay clara evidencia de médicos de diversas especialidades que lo padecen tanto terapia intensiva como medicina familiar” comentó la psiquiatra.

La clave para enfrentar este desafío es la identificación temprana de los síntomas del Síndrome de Fin de Año.

“Es esencial reconocer cuándo una persona está en riesgo”.

“La falta de energía, la irritabilidad y la sensación de desconexión son señales claras de que se necesita hacer un cambio”.

Ignorar estos signos puede tener consecuencias serias, no solo para la persona afectada, sino también para su entorno laboral y sus relaciones personales.

Por su parte, Sandra Germani coordinadora del programa Neurociencia del Bienestar del Departamento de Salud Mental del de Clínicas propuso “recordar que cuidar de uno mismo es el mejor regalo que podemos darnos en estas fiestas”.

“Si sentimos que el estrés se vuelve abrumador, no hay que dudar en buscar apoyo profesional”.

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