Takeda

Takeda trajo al país novedoso tratamiento para polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (CIDP)

La farmacéutica japonesa Takeda comenzó a comercializar en la Argentina una novedosa medicación para el tratamiento de la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (CIDP).

Se trata de una enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso periférico.

Y se caracteriza por una debilidad progresiva y simétrica de los cuatro miembros.

Comprometiendo tanto músculos de manos y pies (distales) como de piernas y brazos (proximales).

También produce una reducción de la sensibilidad de las extremidades.

La nueva droga es una inmunoglobulina subcutánea facilitada (IGSCf) de última generación del laboratorio Takeda.

Y se administra mediante una inyección subcutánea una vez cada tres o cuatro semanas.

La CIDP se presenta con mayor incidencia en las personas de entre 50 y 60 años.

Pero se puede manifestar a cualquier edad, incluso en la niñez o en los ancianos.

Dos tercios de los pacientes son varones y un tercio mujeres.

Como indican proyecciones internacionales tiene una prevalencia de siete personas por cada 100.000 habitantes.

Integra la categoría de las enfermedades poco frecuentes (EPOF) y se estima que en Argentina la padecen algo más de 3.000 personas.

Una persona con CIDP suele experimentar pérdida de fuerza y sensibilidad de forma simétrica en ambos brazos y piernas.

La mayoría de los pacientes enfrenta dificultades para subir escaleras y para levantar los brazos para alcanzar algún objeto o simplemente para peinarse.

También presentan entumecimiento, sensación de hormigueo, inestabilidad o falta de equilibrio, temblor de la mano al tratar de alcanzar objetos.

La evolución de los síntomas puede avanzar progresivamente durante varios años o instalarse con recaídas y remisiones.

“Estamos hablando de una enfermedad progresiva que afecta considerablemente la independencia y la calidad de vida de los pacientes”.

“Disminuyendo mucho las posibilidades de realizar con normalidad tareas cotidianas simples”.

“Como agarrar un objeto a una altura superior a la de su brazo o atarse los cordones de los zapatos”.

Así lo Ricardo Reisin, jefe de Neurología del Hospital Británico de Buenos Aires y especialista en enfermedades neuromusculares.

Por su parte, Alberto Rivero, jefe del Servicio de Neurofisiología Clínica del Fleni, también se refirió al respecto.

“La aprobación de la inmunoglobulina subcutánea facilitada para el tratamiento de la CIDP es una muy buena noticia”.

“Ya que la medicación demostró excelentes resultados en el tratamiento de una patología para la que contamos con muy pocas opciones terapéuticas”.

En la investigación clínica de fase 3 Advance-CIDP 3 de Takeda se evidenciaron resultados de seguridad y tolerabilidad favorables a largo plazo.

Así como una baja tasa de recaídas, lo que respalda su uso como tratamiento de mantenimiento para la CIDP.

Se trató de un estudio de extensión a largo plazo que evaluó la seguridad y eficacia de la IGSCf en pacientes con CIDP.

Estos resultados se presentaron recientemente en la Reunión Anual de la Sociedad de Nervios Periféricos (PNS) en Montreal, Canadá.

La inmunoglobulina subcutánea facilitada recientemente se aprobó por la ANMAT como terapia de mantenimiento en adultos con CIDP.

Tras la estabilización con inmunoglobulina intravenosa (IGIV).

El componente hialuronidasa de la nueva medicación facilita la dispersión y absorción de grandes volúmenes de inmunoglobulina (IG) en el espacio subcutáneo entre la piel y el músculo.

Así, se pueden administrar grandes volúmenes de IG (equivalentes a los volúmenes administrados por vía intravenosa) en el tejido subcutáneo en poco tiempo.

Como resultado, la nueva IG puede perfundirse hasta una vez al mes.

También puede autoadministrarse tras una capacitación adecuada del paciente o del cuidador.

O administrado por un profesional sanitario en un consultorio médico, un centro de perfusión o en el domicilio del paciente.

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