Retención de Orina

Retener orina en forma recurrente puede traer consecuencias a largo plazo

El Centro Argentino de Urología (CAU) advirtió que retener orina en forma recurrente puede traer consecuencias a largo plazo.

Por eso hicieron un llamado a no normalizar estas conductas.

Y estructurar así las medidas necesarias para dar respuesta a las necesidades fisiológicas del cuerpo.

La necesidad de orinar es una función fisiológica esencial.

Porque asegura el correcto funcionamiento del sistema urinario y la eliminación de toxinas del cuerpo.

Sin embargo, en muchos contextos laborales y sociales, las personas tienden a retrasar este acto.

Lo hacen subestimando las consecuencias de una conducta aparentemente inofensiva.

Los urólogos del CAU alertaron sobre potenciales consecuencias a largo plazo cuando esta práctica de la retención de orina se vuelve recurrente.

“La vejiga tiene una capacidad promedio de almacenamiento de entre 400 y 600 mililitros de orina”.

“Al exceder esta capacidad de forma repetida, los músculos de la vejiga comienzan a debilitarse, perdiendo elasticidad y eficiencia”.

“Esto puede derivar en infecciones del tracto urinario, incontinencia, distensión de la vejiga”.

También “cálculos en las vías urinarias y daño renal en general, entre otras”.

Así lo sostuvo Paula Grinstein, médica uróloga del CAU y miembro del servicio de Urología de la Clínica San Camilo.

También Mariela Montanile, médica uróloga del CAU, remarcó que «la vejiga es un órgano resiliente”.

“Pero no está diseñado para soportar presiones prolongadas de forma repetida”.

“Este hábito puede generar una distensión permanente que afecta la calidad de vida del paciente”.

“El aumento de casos de infecciones urinarias recurrentes se relaciona con el retraso en vaciar la vejiga”.

“Esto no solo afecta a la vejiga, sino que también incrementa el riesgo de complicaciones renales”.

Retener la orina incrementa la posibilidad de infecciones debido a que las bacterias tienen más tiempo para multiplicarse en el tracto urinario.

Como indicó la OMS, estas infecciones son una de las principales razones de consulta médica en relación con el sistema urinario.

En la misma línea, la acumulación de orina puede facilitar la formación de cálculos en las vías urinarias.

Y en casos extremos generar reflujo vesicoureteral, donde la orina retrocede hacia los riñones, causando daño renal.

Por otro lado, al forzar a los músculos de la vejiga a retener grandes cantidades de orina, se genera una presión interna que puede dañar las paredes de la vejiga.

Así se reduce su capacidad funcional, debilitándola con el tiempo y generando incontinencia, que es la pérdida involuntaria de orina.

Entre las profesiones, oficios y contextos donde las personas presentan dificultades para ir al baño con la regularidad deseada, solo por mencionar algunas se destacan los conductores profesionales.

Muchas veces, éstos deben pasar largas horas al volante posponiendo la micción.

También cajeros de supermercados, personal que atiende en las cabinas de peaje, maestros de escuela, profesionales de la salud.

«Es fundamental educar a la población sobre los riesgos de ignorar las señales del cuerpo”.

“Retener la orina por largos períodos no solo es una cuestión de incomodidad, sino un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades potencialmente dañinas”.

“Es responsabilidad de todos, incluyendo fundamentalmente a los empleadores responsables, encontrar espacios que permitan a cada individuo acudir al baño para orinar cuando su cuerpo se lo indica”.

Así lo sostuvo Norberto Bernardo, director médico del CAU y del Departamento de Urología de la Universidad de Buenos Aires.

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