
Nuevas orientaciones de la OMS para afrontar los drásticos recortes en la financiación mundial de la salud
- Redacción
- 12 noviembre, 2025
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- financiación, OMS, Portada, recortes, Salud
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La OMS publicó nuevas orientaciones dirigidas a los países sobre formas de contrarrestar los efectos inmediatos y a largo plazo de los repentinos y graves recortes en la financiación externa. Éstos trastocan en muchos países la prestación de servicios de salud esenciales.
Las nuevas orientaciones se titulan “Respuesta a la emergencia de financiación de la salud: medidas inmediatas y cambios a largo plazo”. Ofrecen un conjunto de opciones normativas para que los países hagan frente a las repentinas turbulencias de financiación. Y refuercen así las iniciativas destinadas a movilizar y establecer una financiación suficiente y sostenible para los sistemas de salud nacionales.
Se prevé que en 2025 la ayuda externa para la salud se reduzca entre un 30% y un 40% en comparación con 2023. Lo que provocará importantes perturbaciones inmediatas en los servicios de salud de los países de ingreso bajo y mediano. Los datos de una encuesta de la OMS de marzo de este año entre 108 países de ingreso bajo y mediano apuntan a que los recortes en la financiación redujeron servicios cruciales. Como la atención de maternidad, la vacunación, la preparación y respuesta frente a emergencias sanitarias y la vigilancia de enfermedades. Ésa reducción alcanzó hasta un 70% en algunos países. Más de 50 países notificaron la pérdida de puestos de trabajo entre los trabajadores de la salud y asistenciales. Junto con perturbaciones importantes en los programas de capacitación de los trabajadores de la salud.
“Estos recortes repentinos e imprevistos de la ayuda golpearon con fuerza a muchos países. Y provocaron muertes y amenazaron beneficios de salud que costó muchísimo conseguir”. Así lo remarcó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Pero en toda crisis se esconde una oportunidad para que los países superen la dependencia de la ayuda. Y avancen hacia una autosuficiencia sostenible basada en recursos internos. Las nuevas orientaciones de la OMS ayudarán a los países a movilizar, asignar, priorizar y utilizar mejor los fondos. Para apoyar la prestación de los servicios de salud que protegen a los más vulnerables”.
Los recortes financieros de este año agravaron años de problemas persistentes en la financiación de la salud. Como la creciente carga de la deuda, la inflación, la incertidumbre económica, los elevados gastos directos, el déficit presupuestario sistémico y la fuerte dependencia de la ayuda externa.
Las nuevas orientaciones de la OMS exhortan a los responsables de formular políticas a hacer de la salud una prioridad política y fiscal en los presupuestos públicos. Especialmente en tiempos de crisis. Y a considerar el gasto en salud no como un mero costo que debe contenerse, sino como una inversión en estabilidad social, dignidad humana y resiliencia económica.
En las orientaciones se insiste en la necesidad de que los países amortigüen las repercusiones inmediatas de las reducciones en la asistencia externa para la salud. Y se adapten a esta nueva realidad. Las principales recomendaciones normativas son dar prioridad a los servicios de salud a los que tienen acceso las personas más pobres. También proteger los presupuestos de salud y los servicios de salud esenciales. Asimismo mejorar la eficiencia a través de mejores adquisiciones, gastos generales reducidos y compras estratégicas. Además, integrar los servicios financiados externamente o los destinados a una enfermedad específica en modelos integrales de prestación basados en la APS. Y utilizar las evaluaciones de tecnología de la salud para dar prioridad a los servicios y productos que más influyen en la salud por dólar gastado.
Varios países ya tomaron medidas decisivas para fortalecer sus sistemas de salud y proteger los servicios de salud esenciales. Kenya, Nigeria y Sudáfrica asignaron fondos presupuestarios adicionales a la salud. O están a la espera de la aprobación parlamentaria para incrementar los fondos. Nigeria aumentó su presupuesto de salud en US$ 200 millones para compensar las reducciones en la ayuda. E incrementó las asignaciones para la vacunación, la respuesta a las epidemias y los programas prioritarios.
Ghana eliminó el tope del impuesto especial destinado a su organismo nacional de seguro de enfermedad. Lo que entrañó un aumento presupuestario del 60%. Además, puso en marcha el Accra Reset, un marco audaz para reinventar la gobernanza, la financiación y las alianzas mundiales en materia de salud y desarrollo. Y Uganda esbozó un programa normativo claro para integrar los servicios y programas de salud. A fin de mejorar la eficiencia y mantener la prestación de servicios.
Las nuevas orientaciones arrancan del compromiso de la OMS de ayudar a todos los países a fortalecer y mantener sistemas de salud robustos. Basados en el logro de la cobertura universal de salud y apoyados en sólidos servicios de atención primaria de salud que presten atención esencial a todas las personas que la necesiten.



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