hipertensión arterial pulmonar HAP

Nueva opción terapéutica de MSD para adultos con HAP

La Anmat otorgó a MSD la autorización para una nueva opción terapéutica para el tratamiento de adultos con hipertensión arterial pulmonar (HAP) del grupo 1 de la OMS.

Previamente, el 26 de marzo de este año esta nueva opción también se aprobó por parte de la FDA de EEUU y por la EMA de Europa.

La hipertensión arterial pulmonar es una de las enfermedades que se encuentran amparadas por la Ley Nacional 26.689 de Enfermedades Poco Frecuentes.

Esta ley promueve el cuidado integral de la salud de las personas con enfermedades poco frecuentes.

Y también mejorar la calidad de vida de ellas y de sus familias.

A pesar de los avances en la ciencia, la HAP sigue siendo una enfermedad que presenta desafíos en términos de su diagnóstico y tratamiento.

Con esta aprobación por parte de Anmat, se incorpora en la Argentina una nueva opción de acción para los pacientes que padecen la enfermedad.

Quienes tendrán más opciones para tratar la hipertensión arterial pulmonar.

“En MSD Argentina creemos firmemente en la investigación científica y en el desarrollo de medicamentos innovadores”

“Que pueden tratar enfermedades poco comunes y prolongar la vida de los pacientes”.

Así lo indicó Jaime Ruiz, director ejecutivo de Asuntos Médicos en MSD Clúster Sur.

La HAP es una enfermedad de detección tardía.

En las primeras etapas es posible que el paciente no note indicios durante meses e incluso años.

Como indicó una encuesta a pacientes reales en América Latina, los síntomas empeoran con el progreso de la enfermedad.

Y es allí cuando comienzan a experimentar signos que son comunes con otras enfermedades pulmonares.

Las tasas de diagnósticos erróneos fueron similares en todos los países consultados (Argentina 57%, Brasil 44%, Colombia 51%, México 55%).

En esta misma encuesta, los pacientes en Argentina demoran en promedio 16 meses en recibir un diagnóstico definitivo de HAP.

Entre los síntomas se encuentran:

Aumento de la dificultad para respirar. Al principio mientras hace ejercicio y con el tiempo mientras está en reposo.

Edema o hinchazón de los pies, las piernas y, eventualmente, el abdomen y el cuello.

Palpitaciones, pulso acelerado o latidos fuertes.

Labios y dedos que se vuelven azules por la falta de oxigenación.

Presión o dolor en el pecho.

Mareos o desmayos.

Ronquera, tos y fatiga.

La hipertensión arterial pulmonar hace que el corazón trabaje más de lo normal para bombear sangre a los pulmones.

El lado derecho del corazón bombea sangre a través de las arterias pulmonares a los pulmones para recoger el oxígeno.

Y luego retornar al lado izquierdo para distribuir sangre oxigenada hacia el resto del cuerpo.

Cuando las pequeñas arterias de los pulmones se estrechan, no pueden transportar la cantidad suficiente de sangre y la presión aumenta.

El esfuerzo del corazón en contra de dicha presión conduce a que el lado derecho del corazón se vuelva más grande y comience a fallar.

Lo que conduce a la insuficiencia cardíaca.

Sus síntomas son similares a los de otras enfermedades pulmonares comunes como el asma.

Por esto, el diagnóstico se basa en un proceso de descarte de otras enfermedades.

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