Linfoma de Hodgkin prometedora combinación de Takeda

Linfoma de Hodgkin: prometedora combinación de Takeda para su tratamiento

La Anmat aprobó recientemente BrEcadd, una combinación de Takeda basada en brentuximab vedotin. Ofrece en primera línea, una alternativa más eficaz para pacientes con linfoma de Hodgkin clásico, difícil de tratar, en estadio IIb y en estadios avanzados (III y IV). El nuevo esquema, podría reducir en el 64% de los pacientes el número de ciclos. Y establece un nuevo estándar de tratamiento en primera línea del linfoma de Hodgkin clásico (LHc).

El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer hematológico que afecta a cerca de 1 de cada 40.000 personas por año. Con un pico entre los 20 y 30 años y otro luego de los 55. Mientras que la edad promedio de diagnóstico es 39 años. En Argentina se estima que se registran aproximadamente 870 nuevos casos cada año.

Los estadios avanzados se caracterizan por una diseminación sistémica de la enfermedad. Mientras que el estadio IIb, aunque localizado, presenta factores pronósticos adversos que dificultan su manejo clínico. Estos incluyen síntomas sistémicos como fiebre persistente, pérdida involuntaria de peso y sudoración nocturna, entre otros. Este nuevo enfoque terapéutico podría mejorar los resultados clínicos en subgrupos de pacientes con alto riesgo. Optimizando así la eficacia del tratamiento sin comprometer la seguridad.

BrEcadd demostró una excepcional supervivencia libre de progresión (SLP) del 94,3%. Junto con la posibilidad de un tratamiento acortado, alcanzando la cura en tan solo 12 semanas. Además, el esquema BrEcadd incorporó en las guías de la NCCN con nivel de evidencia 1A. Respaldando así su eficacia y seguridad en el tratamiento del linfoma de Hodgkin.

La decisión de la Anmat se fundamentó en los resultados del ensayo clínico fase 3 HD21, que lideró el Grupo Alemán de Estudio de Hodgkin (GHSG). El trabajo demostró que BrEcadd además de presentar un nivel de seguridad significativamente superior a la terapia de referencia, se asoció con una menor morbilidad relacionada con el tratamiento (TRMB) y una sobrevida libre de progresión (SLP) no inferior.

Uno de los aspectos más relevantes del nuevo esquema es su potencial para reducir la cantidad de ciclos de quimioterapia requeridos. “Aproximadamente el 70% de los pacientes que participaron en el estudio HD21 presentaron una respuesta metabólica completa tras solo dos ciclos de tratamiento. Lo que permitió reducir el tratamiento total a cuatro ciclos en lugar de seis”. Así lo explicó Carolina Mahuad , médica hematóloga del Hospital Alemán y miembro de la Sociedad Argentina de Hematología. “Esto reduce la exposición a fármacos citotóxicos. Y a la vez, también mejora la calidad de vida de los pacientes y acelera su reincorporación a las actividades cotidianas”.

Por su parte, Marta Zerga, ex Directora del Área Médica del Instituto de Oncología Ángel Roffo de la UBA, indicó que “la indicación del tratamiento se basa exclusivamente en la estratificación de la enfermedad. E incluye, además de los estadios avanzados III y IV,  a aquellos pacientes que, si bien se encuentran en el estadio II, presentan los síntomas que los colocan en un nivel avanzado de la enfermedad”.

“Hay que tener en cuenta que, además, en el esquema BrEcadd el poder hacer solamente cuatro ciclos de tratamiento en los pacientes que alcanzan un PET negativo luego de los dos primeros ciclos disminuye significativamente la dosis total de antraciclinas si uno la compara con los seis ciclos de pacientes de la medicación estándar”.

Por su lado, Mahuad destacó que “la tasa de curación del 97% de los pacientes a los cuatro años es un resultado muy impactante. Porque se trata de pacientes con enfermedad avanzada y factores de mal pronóstico. Estamos frente a un avance concreto en la terapéutica de una enfermedad que afecta principalmente a personas jóvenes. Este tipo de innovaciones nos permite ofrecer tratamientos eficaces con menor toxicidad. Algo fundamental para pacientes que están en plena etapa productiva de sus vidas”.

En tanto, Zerga aclaró que si bien el nuevo esquema presenta menor toxicidad que la terapia con el esquema Beacopp, requiere monitoreo médico específico y ajustes cuidadosos. “Seguramente, como todo nuevo esquema terapéutico, conlleva cierta curva de aprendizaje hasta que uno se familiarice con las características del tratamiento”, indicó.

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