
Cinco años después: el legado económico del COVID-19 sigue transformando el mundo
- curecompass
- 9 marzo, 2025
- Salud
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La pandemia continúa impactando sectores clave, desde la salud hasta la tecnología, dejando una huella en la deuda pública, el mercado laboral y la industria de viajes, según análisis de Reuters.
Hace cinco años, la Organización Mundial de la Salud describió la COVID-19 como una pandemia que cambiaría el curso de la historia.
Hoy, a pesar de haberse levantado muchas de las restricciones iniciales, el impacto económico de la crisis sanitaria sigue siendo palpable en todo el mundo, afectando tanto a los sistemas de salud como a sectores empresariales, tecnológicos y farmacéuticos.
En materia de deuda e inflación, el esfuerzo global por proteger la salud y el bienestar llevó a que la deuda pública aumentara en 12 puntos porcentuales desde 2020.
Países de todo el mundo, y especialmente los mercados emergentes, han visto cómo la necesidad de financiar estímulos y proteger a la población provocó un endurecimiento en las condiciones financieras.
Según datos de Fitch Ratings, el promedio de la calificación crediticia soberana se mantiene aproximadamente «un cuarto de punto» por debajo de los niveles pre-pandemia, situación que para los países en desarrollo es aún más crítica, alcanzando casi «medio punto» de deterioro.
El mercado laboral también ha experimentado cambios drásticos. La pandemia generó millones de despidos, afectando especialmente a hogares con menores recursos y a la mujer, debido a la sobre representación en sectores como la hostelería, la alimentación y la manufactura.
Aunque se recuperó parte del empleo una vez levantadas las restricciones, el cambio hacia el trabajo remoto y la flexibilidad han dejado una marca imborrable en las grandes ciudades.
Por ejemplo, en Londres se registran aproximadamente «un millón de viajes menos diarios» en el transporte público comparado con los niveles previos a la crisis.
El sector del transporte aéreo sufrió pérdidas históricas, registrando pérdidas acumuladas de U$S 175 mil millones en 2020.
Sin embargo, la recuperación ha comenzado a tomar forma: la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) prevé que en 2025 la industria aérea alcance un beneficio neto de U$S 36.600 millones y un récord de 5,2 mil millones de pasajeros.
En el ámbito digital y tecnológico, la transformación acelerada se hizo evidente con el auge del comercio electrónico y los pagos digitales. Durante los confinamientos, los consumidores migraron a las compras en línea, y aunque las cifras se han estabilizado, la tendencia se mantiene.
En Europa, el espacio físico de venta al por menor creció casi un 1% entre 2022 y 2023, con proyecciones que apuntan a un aumento del 2,7% para 2028.
Asimismo, el sector de la inversión experimentó un cambio notable: el valor de Bitcoin se incrementó en un 1.233% desde diciembre de 2019 y, durante el boom del trading minorista en 2020, aproximadamente el 27% de las operaciones en el mercado accionario de Estados Unidos provinieron de inversores particulares.
En este contexto, la fusión de TD Ameritrade con Charles Schwab Corp, en un acuerdo de 26 mil millones de dólares, marcó un hito relevante, mientras que plataformas como Robinhood se posicionaron al permitir inversiones en «meme stocks».
Este análisis, elaborado por los periodistas de Reuters Canan Sevgili, Paolo Laudani, Alessandro Parodi y Alberto Chiumento, evidencia que el legado de la COVID-19 no es solo un capítulo cerrado en materia de salud, sino un catalizador que sigue remodelando la economía global.
Los efectos se extienden desde la crisis en los sistemas de salud hasta la necesidad de adoptar nuevas estrategias empresariales y tecnológicas para enfrentar un futuro incierto.
La pandemia, con sus repercusiones en deuda, empleo, viajes e inversiones, obliga a gobiernos y empresas a repensar sus modelos de acción, en un mundo que aún se adapta a las lecciones de una crisis sin precedentes.
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