Un arancel del 25% a las importaciones de medicamentos disparará los precios en EE.UU.

Un informe encargado por el principal lobby farmacéutico estadounidense advierte sobre el fuerte impacto económico de la medida impulsada por la administración Trump. Las farmacéuticas y consultoras líderes ponen cifras y argumentos sobre la mesa.

Un reciente informe elaborado por la consultora Ernst & Young (EY) y encargado por la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), el principal grupo comercial de la industria farmacéutica estadounidense, alerta sobre las graves consecuencias económicas que podría tener la imposición de un arancel del 25% a las importaciones farmacéuticas en Estados Unidos.

Según el documento, la medida añadiría casi U$S 51.000 millones anuales al coste de los medicamentos en el país y podría elevar los precios hasta en un 12,9% si el incremento se traslada completamente a los consumidores.

El análisis, detalla que en 2023 Estados Unidos importó productos farmacéuticos por un valor de U$S 203.000 millones, de los cuales el 73% provinieron de Europa, principalmente de Irlanda, Alemania y Suiza. Ese mismo año, las ventas totales de productos farmacéuticos terminados en el país ascendieron a U$S 393.000 millones.

El informe, fechado el 22 de abril y aún no publicado oficialmente, fue solicitado por PhRMA, organización que nuclea a gigantes del sector como Amgen, Bristol Myers Squibb, Eli Lilly y Pfizer. Hasta el momento, PhRMA no ha respondido a las solicitudes de comentarios, pero en el documento sostiene que “los aranceles socavarían los esfuerzos para impulsar la fabricación nacional”, un objetivo central de la administración del presidente Donald Trump.

Cabe recordar que los productos farmacéuticos han estado tradicionalmente exentos de las guerras comerciales por el potencial daño que podrían causar, pero el gobierno estadounidense ha amenazado en varias ocasiones con aplicar un arancel del 25% a las importaciones del sector.

La semana pasada, la administración Trump anunció la apertura de investigaciones sobre las importaciones farmacéuticas, argumentando preocupaciones de seguridad nacional por la alta dependencia de medicamentos producidos en el extranjero. Esta decisión dio inicio a un período de comentarios públicos de 21 días, bajo la supervisión del Departamento de Comercio.

Ted Murphy, abogado comercial de la firma Sidley Austin y asesor de empresas en sus presentaciones ante el Departamento de Comercio, explicó que “las empresas farmacéuticas ven la investigación como una oportunidad para mostrarle a la administración que los aranceles altos obstaculizarían sus esfuerzos por aumentar rápidamente la producción estadounidense y proponer alternativas”.

Por su parte, la farmacéutica suiza Roche informó que está solicitando exenciones arancelarias en conversaciones directas con el gobierno estadounidense. La compañía argumenta que “los productos que envía a Estados Unidos se compensan con sus exportaciones de medicamentos y diagnósticos fabricados en Estados Unidos”.

El informe de EY subraya que los costos de producción son solo uno de los factores que determinan el precio de los medicamentos más nuevos y que no está claro en qué medida los aranceles sobre insumos intermedios o productos terminados importados se trasladarían a los consumidores. No obstante, advierte que los aranceles sobre productos terminados podrían ser repercutidos por distribuidores mayoristas o minoristas, lo que, en el peor escenario, elevaría los precios internos hasta un 12,9%.

En 2023, aproximadamente el 30% de las importaciones farmacéuticas correspondieron a ingredientes utilizados en la fabricación local, que luego son exportados o vendidos en el país.

Los aranceles sobre estos insumos aumentarían los costos de producción interna en un 4,1% y reducirían la competitividad global de los medicamentos fabricados en Estados Unidos. Además, EY advierte que una parte de los 490.000 empleos vinculados a las exportaciones farmacéuticas podría estar en riesgo si los mayores costos debilitan la demanda extranjera.

El informe no contempla el impacto de posibles aranceles de represalia por parte de otros países, pero advierte que “el impacto económico de estos para los productores estadounidenses sería mucho más significativo”.

La discusión sobre los aranceles a los medicamentos se instala así en el centro del debate político, económico y sanitario de Estados Unidos, con cifras contundentes y advertencias claras de la industria y los analistas.

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