La innovación transformó la historia del cáncer de mama.

La innovación transformó la historia del cáncer de mama

En los últimos años, la innovación transformó la forma en que se detecta, diagnostica y trata el cáncer de mama. Desde dispositivos portátiles para autoexploración hasta algoritmos de Inteligencia Artificial (IA) que analizan mamografías en tiempo real, la medicina de precisión dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible. Un análisis de GE HealthCare destacó que la tecnología médica no solo ofrece soluciones eficientes, sino también esperanza.

Como señala la OMS, en 2022 se registraron más de 2,3 millones de nuevos casos de cáncer de mama en el mundo. Con 670.000 muertes atribuibles a esta enfermedad. Mientras que en América Latina y el Caribe cada año se producen más de 462.000 nuevos diagnósticos de este tipo de cáncer. Y las defunciones alcanzan casi las 100.000, según la OPS.

A estas cifras se suma un dato preocupante: la mortalidad por cáncer de mama en la región es más alta. Principalmente por diagnósticos tardíos y un acceso limitado a servicios especializados. El 31% de las mujeres diagnosticadas tiene menos de 50 años, una proporción superior a la observada en el norte del continente. De igual manera, el 21% de las muertes corresponde a este grupo de edad (menores de 50 años), mientras que en América del Norte esta cifra es de apenas 10%. 

En el caso de Argentina, el panorama no es más alentador: el cáncer de mama representó el 16,8% de todos los casos de cáncer en el país. Siendo así el tumor maligno más frecuente en mujeres durante el año 2020. Durante ese año se diagnosticaron más de 22.000 nuevos casos, con una tasa de incidencia de 73 casos cada 100.000 mujeres.

Por su parte, el análisis de GE HealthCare destacó que el uso de tecnologías híbridas de imagen que combinan mamografía digital, ultrasonido y resonancia magnética, permite detectar lesiones en pacientes con tejido mamario denso. Un reto histórico en la medicina diagnóstica. Estas soluciones están presentes en clínicas de alta especialidad del país y la región, aunque aún no alcanzan una cobertura alta. 

Indirectamente, la presencia de estos dispositivos médicos impulsó la creación de protocolos más precisos y personalizados. La tecnología también facilitó el acceso a la información. Aplicaciones móviles que enseñan técnicas de autoexploración, dispositivos no invasivos para la detección temprana y plataformas de telemedicina acercaron la atención médica a comunidades que antes estaban fuera del radar.

Sin embargo, la tecnología por sí sola no basta. Su impacto depende de políticas públicas que la integren de forma estratégica. Así como de profesionales capacitados para utilizarla y de una sociedad informada que la demande. Es clave recordar la importancia del auto chequeo mamario. Una práctica sencilla que permite conocer la forma y textura habitual de las mamas. Y estar atentos a cambios como bultos, retracciones en la piel, secreciones o enrojecimientos. No reemplaza estudios médicos, pero ayuda a detectar señales de alerta de manera temprana.  Con voluntad política, conciencia social y tecnología al servicio de la salud, es posible cambiar el curso de esta enfermedad.

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