
La dermatitis atópica afecta significativamente la calidad de vida de los pacientes
- Redacción
- 25 septiembre, 2025
- Salud
- Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis, Dermatitis Atópica, Portada, Sociedad Argentina de Psoriasis, Sociedad de Dermatología Pediátrica para Latinoamérica
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La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica y multifactorial de la piel, cuyo principal síntoma es la picazón permanente. Con lesiones que pueden ubicarse en la cara, el cuero cabelludo, las orejas, el dorso de las manos y las zonas de las extremidades. “El impacto en la calidad de vida de los pacientes con dermatitis atópica (DA) es muy alto ya que atraviesa todo su entorno familiar, laboral y social. Es común en los niños pequeños, pero puede manifestarse a cualquier edad. En nuestro país, se estima que afecta al menos al 10% de los niños y adolescentes. Y en cerca de tres de cada diez casos, la enfermedad se mantiene en la adultez”. Así lo explica Carolina Ledesma, médica dermatóloga y presidenta de la Sociedad Argentina de Psoriasis.
“La piel tiende a estar seca con una tendencia a generar eczemas y a picar. No siempre está igual o estable, está en la naturaleza de la dermatitis atópica volver. Se presenta en forma de brotes y remisiones”. Esto señaló por su parte Paula Luna, presidenta de la Sociedad de Dermatología Pediátrica para Latinoamérica. “No podemos curarla, pero tenemos la posibilidad de mejorarla y hacer muchas cosas para tenerla bajo control y que moleste lo menos posible”.
En esta patología intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones inmunológicas y problemas en la función de barrera de la piel. Además, existen otras enfermedades desencadenadas por el mismo proceso inflamatorio. “Es muy frecuente que la dermatitis coexista con diferentes afecciones alérgicas. Como la rinitis, el asma o manifestaciones alérgicas alimentarias”. Así lo indicó Anahí Yáñez, miembro de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
“En estos casos es importante un abordaje multidisciplinario. En donde el dermatólogo y el alergólogo trabajen de manera interdisciplinaria beneficiando al paciente en el cuidado simultáneo de su piel y su alergia”.
La dermatitis atópica impacta en los ámbitos laboral, escolar, social, vincular y económico. La picazón, su principal síntoma, no es un aspecto menor. Las personas a las que la piel les pica en forma crónica e intensa tienen el triple de posibilidades de desarrollar depresión y el doble de experimentar ansiedad. La picazón sucede en contextos o situaciones imposibles de controlar como la escuela, el trabajo, en el transporte público, en un evento social o al intentar dormir.
“Esta es una enfermedad que tiene un alto impacto en la calidad de vida. Muchas de las personas con esta enfermedad manifiestan aumento en el nivel de estrés, ansiedad, depresión y problemas para conciliar el sueño”. Así lo sostuvo Silvia Fernández Barrio, presidenta de la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (Aepso).
El diagnóstico a tiempo es el primer paso para poder cambiar el rumbo de la dermatitis. Dependiendo del perfil del paciente, es una enfermedad que, especialmente en la primera infancia, puede lograr la remisión en un número significativo. En otros casos, puede requerir de un tratamiento crónico y controlado por profesionales especializados. Es muy importante consultar ante los primeros síntomas. “Este enfoque posibilita la implementación de un tratamiento personalizado y adaptado a las características específicas del paciente. Facilitando así la mitigación de los síntomas en casos de enfermedad de mayor gravedad y avance. Asimismo, permite la identificación y manejo, cuando sea pertinente, de las comorbilidades asociadas, y en las formas leves, contribuye a prevenir la progresión del eczema” explicó Luna.
En el último tiempo, los especialistas comenzaron a utilizar el concepto de MDA (Manejo Dermatológico Adecuado). Consiste en trabajar de manera conjunta entre el médico y el paciente para definir los objetivos del tratamiento. Esto significa que el control de la enfermedad no depende solo de la medicación, sino también de una comunicación permanente. Así como de un seguimiento regular y adaptación de las estrategias según la evolución de cada persona. El tratamiento compartido permite que el paciente participe activamente en las decisiones y en el cuidado diario de su piel, logrando mejores resultados y una mayor calidad de vida.
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