Baja adherencia de los jóvenes a los anticonceptivos

Baja adherencia de los jóvenes a los anticonceptivos

Los últimos estudios muestran que apenas 1 de cada 6 jóvenes en Argentina usa preservativo siempre. Esa baja adherencia abre espacio para embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y aumenta la vulnerabilidad de poblaciones jóvenes. Especialistas de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH) señalaron que esta tendencia preocupa. Revela fallas en educación sexual, barreras de acceso y una necesidad urgente de políticas públicas que promuevan el uso responsable.

 “Es preciso incluir a jóvenes, adultos y mayores en políticas públicas, campañas de prevención y espacios de educación sexual”. Así lo remarcó Silvina Valente, presidenta de la SASH. La falta de información y la persistencia de mitos, ya sea sobre la pérdida de sensibilidad con el preservativo o la idea de que la anticoncepción solo compete a las mujeres jóvenes, profundizan la desigualdad en el acceso a una vida sexual segura y plena. El desafío está en garantizar acceso universal, reducir las brechas de información y visibilizar que la anticoncepción no es solo un tema de juventud. Sino un derecho sexual y reproductivo que atraviesa toda la vida.

Pero el debate sobre la anticoncepción no debería limitarse a jóvenes y mujeres en edad fértil. Un aspecto históricamente invisibilizado es la salud sexual de las personas mayores. Como advierte la psicóloga miembro de la SASH, Viviana Wapñarsky. “No hay información dirigida a adultos mayores, cuando lo que estamos viendo son nuevas infecciones por VIH y otras ITS”. La falsa creencia de que después de la menopausia o la andropausia ya no existe riesgo de transmisión lleva a descuidar el uso de preservativo en estas edades, y los datos de Fundación Huésped refuerzan la alerta. Más del 60 % de los adultos mayores nunca se realizó un test de VIH.

Más allá de las cifras, persisten barreras culturales y creencias que atraviesan generaciones. Desde la baja adherencia de los jóvenes que todavía asocian el preservativo con la “pérdida de placer”, hasta adultos mayores que piensan que la anticoncepción ya no es necesaria después de cierta edad. Por su parte, los especialistas señalan que los mitos siguen funcionando como un obstáculo invisible. La educación sexual integral, señalan desde la SASH, no solo debe apuntar a la adolescencia, sino también incluir espacios para adultos y mayores. Derribando así prejuicios que afectan tanto la prevención como el bienestar.

El acceso desigual a métodos anticonceptivos también refleja una deuda en políticas públicas. Si bien Argentina cuenta con programas nacionales, la falta de continuidad y de distribución equitativa limita el alcance real. La SASH advierte que en algunas provincias hay faltantes recurrentes de preservativos, pastillas o implantes, lo que obliga a depender del acceso privado. “Garantizar la anticoncepción no es solo entregar métodos, sino asegurar educación, acompañamiento y un sistema de salud que responda a todas las edades”, remarcó Valente.

“Desde la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana reafirmamos nuestro compromiso con una mirada integral y basada en evidencia científica. Garantizar que cada persona, sin importar su edad o condición, pueda ejercer su derecho a decidir sobre su vida sexual y reproductiva. Con información, acompañamiento y acceso a métodos seguros. Hablar de anticoncepción es hablar de salud, de igualdad y de calidad de vida a lo largo de todo el ciclo vital”.

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