AstraZeneca traslada parte de su producción a EEUU
- Redacción
- 9 mayo, 2025
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La farmacéutica británica AstraZeneca comenzó a trasladar parte de su producción desde Europa hacia Estados Unidos. En un movimiento estratégico que refleja la nueva realidad del comercio global y las tensiones geopolíticas. Esta decisión busca anticiparse a posibles medidas arancelarias que impulsa el presidente de EEUU, Donald Trump. Y que amenazan con afectar la importación de productos europeos al mercado estadounidense.
La compañía es una de las mayores del sector a nivel global. Confirmó que comenzó a reubicar la fabricación de ciertos medicamentos para proteger su cadena de suministro. Aunque aclaró que el impacto de la política arancelaria de Trump sería limitado gracias a su actual estructura de producción,
“Importamos una minoría de los medicamentos que se venden en EEUU desde Europa”. Así lo señaló Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca. “Ya se están implementando medidas de mitigación, con la fabricación de esos productos trasladándose a EEUU”.
Actualmente, la farmacéutica cuenta con 11 plantas de producción en territorio estadounidense. Lo que le otorga una ventaja frente a posibles cambios en la política comercial. Además, acumuló inventarios clave en EEUU para garantizar la continuidad del suministro.
Más allá de la coyuntura arancelaria, Soriot aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje claro a los gobiernos europeos. Si no incrementan significativamente su inversión en investigación y desarrollo farmacéutico, perderán competitividad frente a potencias como Estados Unidos y China.
“El empleo en fabricación avanzada e investigación irá a donde se sientan bienvenidos y donde la innovación sea recompensada”, afirmó. Y añadió que las políticas fiscales, el acceso al mercado y los niveles de inversión en salud son factores determinantes. Según el ejecutivo, mientras que en el Reino Unido solo el 7% del gasto sanitario se destina a nuevos medicamentos, la cifra asciende al 13%-15% en EEUU.
Soriot también criticó la falta de coordinación europea en políticas de fijación de precios. Proponiendo así un sistema similar al de EEUU que fije un precio de lista común, con descuentos específicos según el poder adquisitivo de cada país.
AstraZeneca anunció recientemente inversiones por US$ 3.500 millones en Estados Unidos para expandir su capacidad de producción. Con énfasis en nuevas terapias como la terapia celular. A ello se suma una inversión de US$ 2.500 millones en China, otro mercado prioritario para la compañía.
Estas decisiones se alinean con la tendencia de otras grandes farmacéuticas como Roche y Novartis. Que optaron por redirigir parte de sus inversiones a EEUU frente a un entorno más favorable en términos de regulación, incentivos fiscales y apoyo gubernamental a la innovación.
En contraste con su expansión en EE UU, AstraZeneca enfrenta obstáculos en su país de origen. Uno de los casos más notorios es el del medicamento Enhertu, para el tratamiento del cáncer de mama avanzado. Este medicamento no obtuvo la aprobación para su uso en el NHS de Inglaterra y Gales debido a desacuerdos sobre el precio. La compañía asegura que ofreció un precio reducido, pero las negociaciones fracasaron. Lo que dejó fuera del tratamiento a más de 1.000 pacientes potenciales.
Por otra parte, la farmacéutica canceló una inversión de 450 millones de libras en su planta de Speke, Liverpool, para la producción de vacunas. Al no lograrse un acuerdo sobre ayudas estatales.
En China, la situación es aún más complicada. AstraZeneca enfrenta investigaciones por presuntos impuestos impagos y filtraciones de datos. Y podría recibir multas que ascienden a US$ 8 millones. Estas se suman a otras por la importación de medicamentos como Imfinzi, Imjudo y el propio Enhertu. La empresa implementó reformas internas en su filial china y afirma que las autoridades confirmaron que no hubo ganancia ilegal.
“Lamentamos profundamente estos incidentes. Es decepcionante, pero estamos comprometidos a corregir lo necesario”, dijo Soriot.
