Vacunación para la prevención de riesgos cardiovasculares

Vacunación para la prevención de riesgos cardiovasculares

La Federación Argentina de Cardiología (FAC) resaltó la importancia de la vacunación en la prevención de eventos cardiovasculares. En un contexto en el que las infecciones respiratorias continúan siendo una de las principales amenazas para la salud. Las infecciones respiratorias, como la gripe (influenza), el neumococo, y el virus sincicial respiratorio (VRS) son peligrosas por sí mismas. Pero también pueden ser desencadenantes de eventos cardiovasculares graves.

 “Los estudios demostraron que estas infecciones pueden provocar infartos agudos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Además de descompensaciones en personas con enfermedades preexistentes. Tanto durante el evento agudo como en las semanas o meses posteriores”. Así lo destacó Diego Echazarreta, presidente de la FAC.

Este incremento del riesgo es mayor en personas vulnerables, como aquellos con enfermedades cardíacas crónicas e insuficiencia cardíaca. También con hipertensión arterial, diabetes y otras comorbilidades frecuentes en la población de riesgo. La vacunación es una herramienta clave en la prevención de complicaciones.

En los adultos con enfermedades cardiovasculares, la vacunación previene infecciones respiratorias. Pero también actúa como una estrategia fundamental para reducir el riesgo de infarto. Así como un accidente cerebrovascular y la mortalidad cardiovascular. Por esta razón, desde la FAC, Gerardo Zapata, destacó “la importancia de la vacunación anual contra la gripe y la administración de la vacuna antineumocócica 20-valente. Ofrece una cobertura más amplia frente a neumonías y otras infecciones invasivas”.

Además, las vacunas mejoradas contra la gripe, como las de alta dosis o las cultivadas en células, ofrecen una protección más robusta. Y deberían priorizarse en adultos mayores y en personas con enfermedades cardiovasculares. De igual manera, la vacuna conjugada 20-valente contra neumococo reemplaza al esquema anterior. Proporcionando una mayor cobertura frente a infecciones graves y eventos cardiovasculares.

Las personas menores de 65 años con enfermedades como insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, EPOC, diabetes o enfermedad renal crónica se benefician considerablemente de la vacunación. A pesar de que en este grupo las tasas de vacunación son especialmente bajas. Asimismo, la inmunización frente al virus respiratorio sincicial (VSR) demostró ser efectiva y segura en adultos mayores. Especialmente en aquellos con comorbilidades cardiovasculares.

Otro aspecto importante es la recomendación de la vacuna contra el herpes zóster. “Esta infección mostró un vínculo directo con un mayor riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. Lo que hace que su prevención sea fundamental en personas con enfermedades cardiovasculares”, señaló Echazarreta.

A pesar de la evidencia científica y de los múltiples beneficios que trae la vacunación, existen mitos y barreras que dificultan su implementación. Especialmente en adultos con enfermedades crónicas. “Miedos infundados, desinformación y dificultades de acceso a los servicios de salud son algunos de los obstáculos que aún persisten”, dijo Zapata. Sin embargo, los expertos sugieren que un diálogo empático y bien informado con la población puede ser crucial para superar estas barreras.

La vacunación es una de las estrategias más costo-efectivas y seguras para la prevención eventos cardiovasculares. La combinación de una correcta vacunación y la adopción de hábitos saludables puede optimizar la calidad de vida de muchas personas. La vacuna no solo reduce el riesgo de infecciones, sino que también preserva la autonomía de las personas mayores y más frágiles, quienes, a menudo, no logran recuperarse completamente de las complicaciones tras una infección grave.

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