
Vacunación en Argentina: evitar el regreso de enfermedades inmunoprevenibles
- Redacción
- 15 mayo, 2025
- Salud
- enfermedades inmunoprevenibles, MSD, Portada, vacunación, Vacunas
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Fortalecer la cobertura de vacunación en Argentina es fundamental para garantizar la salud. Un informe reciente de Unicef y la OMS advirtió sobre la caída en las tasas de vacunación infantil. En 2023, los niños que no recibieron la vacuna DTP (difteria, tétanos y tos convulsa) o que tienen esquemas de vacunación incompletos fueron 21 millones. Cifra significativamente mayor que la de antes de la pandemia en 2019 cuando fueron 18,3 millones. Esto además excede los valores que se establecieron por la Agenda de Inmunización 2030.
A lo largo de la historia, las vacunas desempeñaron un papel fundamental en la prevención de enfermedades graves que pueden ser mortales. “Por eso, debemos seguir trabajando para demostrar su valor en la protección de la salud, tanto de niños como de adultos”. Así lo afirmó Virginia Verdaguer, directora médica de Infectología en MSD Argentina. “Las vacunas se someten a estudios que evalúan su seguridad y, antes de ser aplicadas a la población, atraviesan un riguroso proceso de aprobación. Es fundamental contrarrestar la desinformación con datos reales”.
En Argentina, tras la confirmación de nuevos casos de sarampión en niños, el Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta epidemiológica. Con el objetivo de reforzar la vigilancia y las medidas de prevención. A su vez, la OMS informó que, entre enero y diciembre de 2024, se notificaron 582.780 casos sospechosos de sarampión en 184 países. De los cuales 320.790 (55%) se confirmaron. Los datos reflejan un incremento sostenido de casos a nivel mundial en comparación con 2022, lo que resalta la importancia de fortalecer las estrategias de vacunación y control para evitar la propagación del virus en Argentina.
En este contexto, comprender qué es una vacuna y por qué es esencial en la lucha contra las enfermedades cobra aún más relevancia. La vacunación es un método eficaz para prevenir enfermedades. Al introducir en el organismo patógenos debilitados o partes del mismo, las vacunas activan el sistema inmunitario. Este produce anticuerpos y desarrolla una memoria que le permite reconocer y combatir futuras infecciones. Este proceso reduce significativamente el riesgo de enfermar, protegiendo tanto al individuo como a la comunidad.
La inmunización es una de las estrategias de salud pública más exitosas, salvando cada año la vida de entre 3,5 y 5 millones de personas. En 2021 se estima que las vacunas contra la Covid-19 salvaron 14,4 millones de vidas en el mundo.
La historia de la vacunación comenzó en el siglo XVIII, cuando Edward Jenner (1749-1823) desarrolló la primera vacuna contra la viruela. Una enfermedad que causaba miles de muertes Este hito revolucionó la medicina y marcó el inicio de la inmunización como herramienta clave en la prevención de enfermedades. En 1974, la OMS lanzó el Programa Ampliado de Inmunización (PAI), que en América Latina y el Caribe contribuyó a una drástica reducción de la mortalidad infantil. En Argentina, uno de los logros más destacados fue la eliminación del sarampión autóctono en el año 2000, gracias a campañas de vacunación masiva. Además de observar una disminución en las muertes por tos convulsa con la inclusión de nuevas vacunas en el calendario nacional.
Las vacunas incluidas en el calendario nacional de vacunación son gratuitas y no requieren orden médica. Las vacunas están disponibles en centros de salud y hospitales públicos de todo el país. Garantizando así el acceso a la protección contra enfermedades como el sarampión, la hepatitis, la gripe y muchas otras más. El Calendario se actualiza periódicamente según las necesidades de la población y la evidencia científica, asegurando una inmunización efectiva en todas las etapas de la vida.
Antes de aprobarse y aplicarse a la población, las vacunas atraviesan un proceso riguroso que incluye varias fases de investigación y ensayos clínicos. En cada etapa se evalúan su seguridad y eficacia, bajo estrictas normas éticas y científicas. Solo aquellas que cumplen con los más altos estándares pueden autorizarse por las autoridades regulatorias.
Una vez que se incorporan a los calendarios de vacunación, su seguridad continúa monitoreándose de forma permanente. Lo que permite detectar y analizar cualquier evento adverso. Además, la OMS acompaña a los países en el fortalecimiento de estos sistemas de control. A nivel global, también cuenta con el respaldo del Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas, que brinda asesoramiento científico especializado y actualizado.
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