
Tres de cada 5 casos de cáncer de hígado pueden prevenirse: las claves para cambiar el futuro
- curecompass
- 3 agosto, 2025
- I+D, Medicina, Tecnología
- cáncer de hígado, Consumo Alcohol, Hepatitis, Portada, The Lancet, vacunación
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Un estudio internacional advierte que, de no actuar sobre los principales factores de riesgo —hepatitis virales, alcohol y enfermedades metabólicas— los diagnósticos de cáncer de hígado podrían duplicarse para 2050. La prevención y el control temprano son la clave para revertir la tendencia.
Tres de cada cinco casos de cáncer de hígado podrían evitarse con acciones concretas, tanto personales como de políticas públicas. El desafío está en actuar ahora, porque la próxima década marcará la diferencia para millones de personas.
El cáncer de hígado: una amenaza evitable que crece
El cáncer de hígado ocupa hoy un lugar alarmante en las estadísticas globales: cada año, más de 700.000 personas mueren por esta enfermedad, y casi 900.000 reciben un diagnóstico nuevo. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet trajo un dato esperanzador pero también desafiante: el 60% de los casos de cáncer de hígado pueden prevenirse si actuamos sobre sus causas principales.
¿A qué se debe este alto porcentaje de casos evitables y qué puede hacer la salud pública, los profesionales y cada persona para cambiar el destino de esta enfermedad?
Los factores que “encienden” el cáncer de hígado
Según el informe, existen cuatro grandes responsables evitables del cáncer de hígado:
- Infección por hepatitis B y C: Estos virus atacan al hígado y, si no se detectan ni tratan, pueden conducir a cirrosis y cáncer. Por fortuna, la vacunación masiva contra la hepatitis B y los tratamientos antivirales para la hepatitis C han logrado reducir su impacto en algunos países.
- Consumo excesivo de alcohol: No solo el número de bebedores excesivos se mantiene alto, sino que también han crecido las personas en situación de riesgo (como mujeres y quienes tienen enfermedades metabólicas).
- Trastornos metabólicos: La obesidad, la diabetes tipo 2 y el llamado “hígado graso metabólico” (MASLD/MASH) son las nuevas epidemias silenciosas. Estas condiciones provocan acumulación de grasa y daño progresivo en el hígado, mucho antes de que aparezcan síntomas.
- Combinación de factores: El riesgo de cáncer se dispara cuando el paciente reúne dos o más factores de riesgo, por ejemplo, consumo de alcohol y obesidad.
Una amenaza silenciosa
¿Por qué el cáncer de hígado suele detectarse tarde? Porque la mayoría de los daños hepáticos progresan durante años sin síntomas claros. La cirrosis —el principal terreno fértil para el cáncer— puede formarse sin que la persona lo note. Es allí donde yace el mayor peligro: millas de personas con enfermedad hepática están fuera de los radares de control y vigilancia.
Las guías internacionales recomiendan monitorear especialmente a quienes tienen antecedentes de hepatitis viral o cirrosis. Pero actualmente muchos pacientes con hígado graso avanzado y sin síntomas no reciben controles específicos, pese a su riesgo elevado.
¿Qué podemos hacer para cambiar el pronóstico?
El estudio sugiere varias estrategias de prevención que pueden marcar la diferencia a corto y largo plazo:
- Vacunación y control de hepatitis B y C: Imposible subestimar el poder de la inmunización desde la infancia, así como el diagnóstico y tratamiento temprano medidas de hepatitis C. Estas pueden erradicar futuros casos derivados de virus.
- Reducción del consumo nocivo de alcohol: Es central acompañar los esfuerzos de información y políticas que desalienten el consumo excesivo, especialmente en poblaciones vulnerables y personas con factores metabólicos.
- Prevención y manejo de la obesidad y la diabetes: Adoptar una alimentación balanceada, rica en verduras y baja en ultraprocesados, y promover la actividad física son pilares para prevenir el hígado graso y sus complicaciones. El descenso de peso ha demostrado revertir el daño hepático en etapas tempranas.
- Detección desde la atención primaria: Herramientas simples como el puntaje Fib-4 (un cálculo fácil a partir de análisis de sangre de rutina) permiten identificar a personas con fibrosis hepática, incluso sin estudios complejos.
- Educación y concientización: La combinación de alcohol con trastornos metabólicos multiplica el daño hepático. Informar sobre estos riesgos sumatorios y promover cheques periódicos puede salvar vidas.
El futuro: ¿qué pasa si no cambiamos el rumbo?
Las proyecciones no son alentadoras: si no se modifican los factores de riesgo, para 2050 podríamos enfrentar 1,5 millones de diagnósticos nuevos de cáncer de hígado cada año en el mundo, casi el doble que en la actualidad. El peso de casos derivados de alcohol y trastornos metabólicos no deja de aumentar, mientras que el de hepatitis viral tiende a descender allí donde se aplican campañas exitosas.
La batalla se gana en la prevención
La buena noticia: el cáncer de hígado es, en gran medida, evitable. La salud pública del siglo XXI tiene como desafío priorizar la prevención, el acceso a la vacunación y el diagnóstico oportuno, incluso la atención desde la primaria, para detectar a tiempo tanto los daños virales como metabólicos.
El mensaje también es personal: revise los hábitos de alimentación, actividad física y consumo de alcohol, así como solicitar cheques médicos regulares si existen factores de riesgo, pueden ser la gran diferencia.
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