
Síndrome de intestino corto: nueva esperanza para niños
- Redacción
- 18 agosto, 2025
- Salud
- nutrición parenteral, Portada, síndrome de intestino corto, Takeda, teduglutida
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Para la mayoría de las personas, alimentarse es una parte cotidiana y placentera de la vida. Sin embargo, para los niños que desarrollan síndrome de intestino corto (SIC) esa función vital puede ser una amenaza constante. El SIC es una enfermedad poco frecuente. Aparece cuando el intestino delgado, por malformación congénita o tras una cirugía, resulta demasiado corto o disfuncional como para absorber los nutrientes necesarios para vivir. En general son casos en los que el intestino delgado presenta una extensión 30 por ciento menor a la habitual.
Esto hace que los pacientes necesiten recurrir a nutrición parenteral -alimentación por vía intravenosa- muchas veces durante años, con todo lo que eso implica. Internaciones prolongadas, infecciones frecuentes, potenciales complicaciones hepáticas. Así como dificultades en los accesos venosos, inconvenientes para crecer, y una vida familiar condicionada por cuidados altamente demandantes.
“Tomando estadísticas internacionales, el síndrome de intestino corto afecta a un niño por cada 24.000 recién nacidos cada año, lo que daría estimativamente unos 20 casos nuevos por año en la Argentina. Es una condición muy invalidante, porque el intestino tiene partes que son irreemplazables en cuanto a la absorción de nutrientes, de vitaminas y de micronutrientes. Lo que hace que deban recibir nutrición parenteral durante muchas horas al día. Afortunadamente, entre un 70% a un 80% de los niños logrará dejar total o parcialmente esta nutrición asistida. Pero eso no significa que estén curados, es una condición que por ahora no tiene cura”. Así lo afirmó Carola Saure, jefa de Clínica del Servicio de Nutrición del Hospital Garrahan.
En los últimos años hubo grandes cambios en cuanto a la calidad de la nutrición parenteral. Gracias a la formación de equipos interdisciplinarios que se dedican exclusivamente al cuidado de estos niños. Y también gracias a la disponibilidad de la teduglutida, una medicación de Takeda basada en un análogo del péptido similar al glucagón tipo 2 (GLP-2). Contribuye a estimular la adaptación del intestino remanente, mejora su capacidad de absorción y reduce significativamente la necesidad de nutrición parenteral.
En muchos pacientes, este tratamiento evita complicaciones y retrasa -o incluso logra prescindir- de la necesidad de un trasplante. “La teduglutida mejora el flujo de sangre al intestino y genera mayor crecimiento del número de criptas intestinales. Son las capas internas del intestino que contienen células especializadas en la capacidad de absorción de nutrientes”.
Un estudio multicéntrico argentino demostró los beneficios de teduglutida en el tratamiento de la insuficiencia intestinal crónica producida por el síndrome de intestino corto. El trabajo, denominado Experiencia real del uso de teduglutida en pacientes pediátricos con síndrome de intestino corto en Argentina incluyó a 33 pacientes de entre 1 y 18 años de nueve centros médicos de nuestro país entre enero de 2017 y agosto de 2023.
Luego de una mediana de tratamiento de 1,5 años se obtuvo una reducción del 20% del volumen de nutrición parenteral (NP) semanal inicial en el 100% de los pacientes al año. Y se logró la suspensión completa en el 36% durante todo el período de seguimiento. Como conclusión, los autores afirmaron que “la experiencia argentina con teduglutida como parte de las estrategias de rehabilitación intestinal mostró buenos resultados. Y eventos adversos como los que se reportaron en otras series internacionales”.
“Este trabajo y otros internacionales similares, nos muestran que afortunadamente cambió mucho el pronóstico. Y se logró mejorar considerablemente la calidad de vida en muchos casos, disminuyendo las complicaciones a largo plazo”.
Una investigación previa que llevó a cabo el equipo de Fundación Favaloro, mostró que el 94.2% de los pacientes que se trataron con teduglutida pudieron bajar sus requerimientos de NP en más del 20%. Mientas que el 66,5% directamente la suspendieron, alcanzando lo que se conoce como “autonomía intestinal”.
La tasa de destete de nutrición parenteral tanto de la Argentina como de publicaciones internacionales es cercana al 40%. Pero aproximadamente el 98% logra reducir el requerimiento tanto de agua y electrolitos como de calorías. Poder disminuir la cantidad de horas de administración parenteral representa un gran beneficio tanto para el paciente como para la familia.
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