
Saunas: ¿aliadas de la salud o una moda sin suficiente evidencia?
- curecompass
- 23 agosto, 2025
- Salud
- Bispebjerg and Frederiksberg University Hospital, British Sauna Society, Kunutsor, Laukkanen, Portada, Universidad de Manitoba, Universidad del Este de Finlandia
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La tradición finlandesa del sauna comienza a expandirse en el mundo. Estudios sugieren beneficios cardiovasculares y neurológicos, pero los científicos advierten que las pruebas aún son insuficientes.
Finlandia es considerada la capital mundial de la sauna, con un sauna por cada 1,6 habitantes. Lo que antes parecía parte exclusiva de la cultura nórdica comienza a extenderse a otros países. Según la British Sauna Society, el número de saunas públicas en Reino Unido se ha más que duplicado en el último año, reflejo del creciente interés por los efectos de esta práctica sobre la salud.
El cardiólogo Setor Kunutsor, de la Universidad de Manitoba, considera que la sauna funciona como un “estrés suave y controlado”. En sus palabras: “Una sesión estándar de 15 minutos en sauna provoca el mismo aumento de ritmo cardíaco y circulación que un ejercicio moderado”. Según el especialista, esta estimulación repetida podría mejorar la capacidad del organismo para manejar el estrés, reducir la inflamación y proteger tanto el corazón como el cerebro.
La evidencia más conocida proviene de la Universidad del Este de Finlandia, donde el investigador Jari Laukkanen analizó durante una década a más de 2.300 hombres de mediana edad. Los resultados fueron llamativos: quienes acudían a la sauna dos a tres veces por semana tenían un 27% menos riesgo de morir por enfermedad cardiovascular que quienes iban solo una vez. La reducción del riesgo aumentó hasta 50% entre quienes asistían cuatro a siete veces por semana.
Los hallazgos también apuntan a beneficios neurológicos. En la misma cohorte, Laukkanen y Kunutsor observaron que un uso frecuente del sauna se asociaba con un 80% menos de riesgo de psicosis y con un dos tercios menos de probabilidades de desarrollar demencia.
Sin embargo, la discusión científica no está cerrada. Eva Prescott, investigadora del Bispebjerg and Frederiksberg University Hospital en Copenhague, alerta sobre posibles sesgos: “Los hombres que usan sauna cada dos días probablemente sean más sanos y con mayor nivel socioeconómico que quienes no acuden. Aunque se ajustaron variables como edad o actividad física, todavía no es posible sacar conclusiones firmes”.
Otro punto débil es que la mayoría de los estudios se centraron en hombres finlandeses de mediana edad. Faltan datos suficientes en mujeres, jóvenes y en poblaciones no europeas. Además, según Gabrielle Reason, directora de la British Sauna Society, aún no está claro si los resultados en Finlandia pueden trasladarse al Reino Unido u otros países donde la práctica es menos común.
Los ensayos clínicos (RCTs), considerados el estándar de oro en investigación médica, ofrecen hasta ahora resultados mixtos. En 2022, un estudio dirigido por Laukkanen y Kunutsor mostró que combinar sauna con ejercicio mejora la presión arterial y la capacidad cardiorrespiratoria más que el ejercicio solo. Sin embargo, otro RCT independiente no encontró beneficios cardiovasculares significativos. La conclusión de la comunidad científica es clara: hacen falta ensayos clínicos más grandes y prolongados.
Un hábito prometedor, pero todavía en debate
Mientras tanto, el entusiasmo global por las saunas no parece menguar. Para algunos, como los finlandeses, es una tradición arraigada; para otros, un nuevo ritual de bienestar. Lo que sí está claro es que los beneficios potenciales —desde la salud cardiovascular hasta la salud mental— siguen siendo prometedores pero no definitivos.
Hasta que existan resultados más concluyentes, los especialistas recomiendan disfrutar de la sauna con moderación, y siempre como complemento, nunca reemplazo, de hábitos probados como el ejercicio regular y la alimentación saludable.



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