Redes que Salvan Vidas

Redes que Salvan Vidas para transformar la atención del infarto

La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) presentó el programa Redes que Salvan Vidas. Con el objetivo de acompañar a provincias, municipios y regiones en el diseño e implementación de redes locales de atención del infarto agudo de miocardio (IAM). La iniciativa apunta a reducir la mortalidad cardiovascular mediante una estrategia coordinada que articule el sistema prehospitalario con centros con y sin capacidad intervencionista.

En Argentina, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte. Tres de cada diez fallecimientos (30,3%) son atribuibles a una enfermedad relacionada con el sistema circulatorio y el corazón. Lo que representa casi 100.000 defunciones por año. Además, estimaciones locales sugieren que en Argentina se producen alrededor de 40.000 infartos agudos de miocardio por año, lo que equivaldría a más de 100 eventos por día.

Por eso la SAC lanzó el programa Redes que Salvan Vidas. El proyecto parte de la premisa de que más del 90% de los decesos por infarto ocurre antes de que el paciente ingrese al hospital. Lo que subraya la relevancia de la atención rápida y la cadena prehospitalaria. En paralelo, estudios argentinos señalan diversos desafíos, como demoras en la consulta, retrasos internos en los hospitales y la ausencia de coordinación territorial.

El registro Argen IAM-ST revela que, en promedio, la demora desde el inicio de síntomas hasta la admisión hospitalaria es de 130 minutos. Y la mortalidad intrahospitalaria se ubica alrededor del 8,7%2. El programa Redes que Salvan Vidas tiene por objetivo brindar herramientas, apoyo científico, capacitación y seguimiento. Para que cada región adapte su propia red de atención al infarto, con criterios uniformes pero flexibles.

“El infarto agudo de miocardio (IAM) es un cuadro tiempo-dependiente. Cuanto más rápido se restablece el flujo en la arteria coronaria obstruida, menor será el daño al músculo cardíaco y mejor el pronóstico. En muchos países que lograron reducir sustancialmente la mortalidad por infarto, el denominador común fue la creación de redes de atención coordinadas. Éstas articulan eficientemente el sistema prehospitalario con centros con capacidad para la realización de angioplastias u otros tratamientos de reperfusión”. Así lo indicó Pablo Stutzbach, presidente de la SAC.

Por su parte, Sergio Baratta , presidente electo de la SAC, afirmó: “Nuestro objetivo es que cada provincia o municipio que se incorpore diseñe su propia red.  Con acompañamiento experto, y no un modelo impuesto desde cada centro médico. La heterogeneidad del país exige soluciones flexibles, Esta iniciativa representa un paso decisivo para construir un sistema de atención más racional, equitativo y eficaz frente al infarto. No basta con tener centros de alta complejidad: hay que garantizar que el paciente llegue a tiempo”.

La iniciativa busca que, en cada lugar, pueda lograrse un diagnóstico prehospitalario (realizado por la ambulancia) que identifique precozmente al paciente con infarto. Y según la situación lo derive adecuadamente. Si la ambulancia identifica el infarto en curso, trasladar directamente al centro de alta complejidad (preferiblemente. Si el paciente llega por sus propios medios, idealmente que se realice una angioplastia dentro de los primeros 120 minutos desde el inicio de síntomas. Y si el paciente llega a un hospital que no tiene capacidad de realizar una angioplastia, administrarle fibrinolíticos (medicación endovenosa para disolución del trombo) y luego trasladarlo a otro centro asistencial. Para completar el tratamiento de reperfusión coronaria mediante una angioplastia (estrategia denominada fármaco-invasiva).

“La puesta en marcha de redes de atención bien coordinadas demostraron en distintos países una reducción de la mortalidad por infarto. Así como menor daño al miocardio (más tejido salvado), menos complicaciones (como insuficiencia cardíaca o arritmias). Y mejora del pronóstico a mediano y largo plazo”. Así lo remarcó Mirta Diez, presidenta del Comité Científico del 51° Congreso Argentino de Cardiología.

En el contexto nacional, la expectativa es que, al implementar redes escalonadas con tiempos optimizados, se pueda reducir el porcentaje de muertes extrahospitalarias. Y dentro de los hospitales disminuir la mortalidad intrahospitalaria, mejorar la tasa de reperfusión y acortar los tiempos totales de isquemia. El impacto también puede traducirse en disminución de costos evitables (menor hospitalización, menores complicaciones), mejor calidad de vida para los pacientes y mayor eficiencia del sistema de salud.

Además, la iniciativa tiene un valor simbólico: marcar un camino organizado y federal en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. Promoviendo así alianzas entre gobiernos, instituciones y profesionales.

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