Parto Prematuro

Parto prematuro: la importancia de los controles previos

Casi uno de cada diez bebés nace prematuro y esto constituye un gran desafío para los sistemas de salud de todo el mundo. Se considera prematuro cuando el parto se da antes de las 37 semanas de gestación. Sin embargo, no todos los casos enfrentan la misma complejidad. Cuanto más temprano ocurre el nacimiento, mayores son los cuidados que requiere. En la Argentina, según las últimas estadísticas de 2023, se registran 460.902 nacimientos al año. De ellos, 5.470 pesaron menos de 1.500 gramos y 35.696 nacieron con un peso inferior a 2.500 gramos. Si se considera la definición general de prematuro, la cifra asciende a 43.321 (9,3% del total).

“En algunos casos, el parto prematuro ocurre de forma inesperada. Sin embargo, en otros existen factores de riesgo identificables. Esto refuerza la importancia de iniciar los chequeos incluso antes de planificar un embarazo. El control preconcepcional permite detectar y tratar factores que pueden complicar un futuro embarazo”. Así lo explicó Ana Pedraza, jefa de Neonatología de Clínica y Maternidad Suizo Argentina.

Durante el embarazo, es fundamental que se realicen al menos ocho visitas médicas que deben iniciarse antes de las 12 semanas de gestación. Y que se garantice el acceso a una atención prenatal adecuada y de calidad. La detección y el manejo de los factores de riesgo, el acceso a tecnologías apropiadas y un enfoque multidisciplinario son esenciales para asegurar mejores resultados. Y ofrecer así el mejor comienzo a estos niños vulnerables.

Las técnicas de cuidado de los recién nacidos prematuros se encuentran en permanente evolución. Con el objetivo de mejorar los protocolos y facilitar el vínculo con las familias desde el primer momento. En los últimos años, por ejemplo, creció la implementación de prácticas como la ligadura oportuna del cordón umbilical y el contacto piel a piel (Copap). Además, la tasa de lactancia materna creció de forma significativa. Gracias a una mayor concienciación, al apoyo del personal y a la implementación de programas como la Iniciativa Hospital Amigo de la Lactancia en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales.

“Demorar el clampeo del cordón umbilical el mayor tiempo posible aporta grandes beneficios a todos los recién nacidos. Pero es especialmente importante en los bebés prematuros. Permite que reciba una mayor cantidad de sangre de la placenta, lo que mejora su adaptación al nacimiento. Además, favorece la circulación y la presión arterial, reduce el riesgo de anemia y disminuye la necesidad de transfusiones”.

En cuanto al contacto piel a piel, las campañas sanitarias lo promueven porque brinda múltiples beneficios y constituye una práctica esencial de cuidado. “Siempre que las condiciones clínicas lo permitan, debe iniciarse de manera inmediata y continua desde la sala de partos. Durante la internación y a medida que mejoren las condiciones, se debe fomentar el Copap de ambos progenitores de la manera más temprana y duradera posible. Esta práctica segura y sencilla permite un contacto más estrecho con el bebé”. Así lo destacó Jorge Lezcano, jefe de Neonatología del Sanatorio Los Arcos.

No son sus únicos aportes. Además ayuda a regular sus signos vitales, como frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio y temperatura. También estabiliza los niveles de glucemia, fortalece las defensas, reduce el estrés y el llanto, organiza al recién nacido. Y se asocia a mejores resultados en el neurodesarrollo. Pero también ofrece beneficios para las madres, ya que disminuye el estrés y la ansiedad, refuerza el apego y les da confianza en el cuidado del bebé.

Este vínculo cercano facilita a la vez el inicio y mantenimiento de la lactancia materna. “Es el mejor alimento para todos los bebés, y resulta especialmente valiosa para los niños prematuros. Contribuye a su desarrollo, estimula un crecimiento óptimo, disminuye las complicaciones asociadas a la prematurez. Asimismo protege contra infecciones y fortalece el vínculo entre madre e hijo. Es, sin duda, un pilar fundamental para su salud, desarrollo y protección”. Así lo sostuvo Tania Maidah, jefa de Neonatología del Sanatorio Altos de Salta

En medio de la adaptación a una situación inesperada, es habitual que las mamás tras un parto prematuro, se pregunten si podrán amamantar a su hijo. “Sin duda será un desafío, no es un camino fácil de recorrer, pero con el asesoramiento adecuado podrán lograrlo. Amamantar es un proceso que se aprende con paciencia, confianza, con el apoyo de la familia y del equipo de salud. A lo largo de las distintas etapas de la lactancia contarán con la asistencia de puericultoras, así como del equipo de enfermería y médicos”, afirmó Pedraza.

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