
Las bacterias en las vías respiratorias de los bebés pueden modificar la severidad de la bronquiolitis
El virus sincicial respiratorio (VSR) es una de las principales causas de bronquiolitis e infecciones respiratorias en lactantes y niños pequeños. Se estima que entre el 60% y el 70% de los niños se infectan en el primer año de vida con este patógeno. Y prácticamente todos lo harán antes de cumplir los dos años de edad. A nivel mundial, el virus provoca aproximadamente 33 millones de casos por año, con más de 3 millones de hospitalizaciones y más de 200.000 muertes. Un estudio, que lideró un investigador del Conicet en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, comprobó que las bacterias en las vías respiratorias de los bebés pueden modificar la severidad de la bronquiolitis. Así se abren nuevas posibilidades de estrategias terapéuticas basadas en la modulación de esos microorganismos para tratar la infección por VSR.
Aunque la mayoría de las infecciones son leves, una proporción de niños evoluciona a formas severas que requieren hospitalización. El grupo más afectado son los lactantes menores de 2 años, especialmente los bebés de pocos meses de vida. Si bien hay diferentes hipótesis, no está del todo claro a qué se debe esta diferencia en la presentación de la severidad.
El estudio que lideró Patricio Acosta se realizó junto a colegas del Hospital de Niños. Reveló que la microbiota (conjunto de bacterias) presentes en las vías respiratorias de los bebés puede influir en la severidad de la infección por VSR. El avance se publicó en Journal of Clinical Virology.
“El hallazgo más relevante del estudio fue que las bacterias presentes en las vías aéreas parecen tener un rol importante en la evolución de la infección por VSR”. Así lo destacó Acosta, quien también es médico y doctor en medicina del Hospital de Niños. “Los resultados del estudio aportan nueva evidencia sobre la interacción entre virus y bacterias en las infecciones respiratorias infantiles. Y abre la puerta a nuevas líneas de trabajo orientadas a prevenir o mitigar las formas graves de esta enfermedad a través de la modulación de los microorganismos que colonizan el tracto respiratorio”.
De una población de 401 pacientes hospitalizados con infección respiratoria baja, el equipo de investigación evaluó a 172 pacientes infectados con el VSR. De los cuales se recolectaron muestras biológicas, datos clínicos, epidemiológicos y socioambientales. Además, estudiaron la presencia de tres bacterias que habitualmente colonizan el tracto respiratorio en niños. Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae y Moraxella catarrhalis. Con el fin de determinar si esta “microbiota” podía influir en la evolución de la infección viral.
“Los datos fueron contundentes: más del 90% de los pacientes estaba colonizado por al menos una de estas bacterias al momento de la hospitalización”, afirmó Acosta. Fue el primer integrante extranjero no residente en Estados Unidos del Consejo Directivo de la Sociedad Americana de Microbiología (ASM, según sus siglas en inglés) entre 2017 y 2018. Es en la actualidad directivo de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID, según sus siglas en inglés).
En aquellos pacientes que estaban colonizados con M. catarrhalis, el cuadro de infección por VSR fue leve. Mientras que aquellos portadores de la bacteria H. influenzae evolucionaron a formas más severas.
El estudio además evaluó condiciones de vida de los niños y su relación con la severidad. “Uno de los datos más sobresalientes fue que el hacinamiento se asoció con cuadros más graves. Este dato coincide con investigaciones previas que señalan que las condiciones de vivienda y factores socio-ambientales pueden influir de manera crítica en el riesgo de sufrir enfermedad respiratoria grave”. Así lo señaló Eduardo López, primer autor del trabajo y jefe del departamento de Medicina del Gutiérrez.
En esa línea, Acosta agregó: “Durante años se pensó que las bacterias que colonizan las vías aéreas solo eran un indicador de exposición. Pero hoy sabemos que forman parte de un ecosistema complejo que interactúa con el sistema inmunológico”.



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