La vacunación

“La vacunación es una política de salud esencial” aseguraron sociedades médicas

La vacunación es, junto con el acceso al agua segura, una de las intervenciones sanitarias que más vidas salvó en la historia. A nivel mundial, con datos de la OMS, se estima que los programas de inmunización evitaron al menos 154 millones de muertes en los últimos 50 años. Es decir, unas seis vidas salvadas por minuto, la mayoría en menores de 5 años. Hoy, con datos de Unicef, se calcula que la vacunación previene alrededor de 4,4 millones de muertes por año en el mundo. 

Así se manifestaron públicamente las sociedades argentina de Infectología Pediátrica (Sadip), de Infectología (SADI), de Vacunología y Epidemiología (SAVE), de Medicina (SAM), de Virología (SAV) y de Pediatría (SAP). Así como las asociaciones argentinas de Microbiología (AAM) y de Medicina Respiratoria (AAMR) y el Foro de Medicina Clínica.

Con este posicionamiento, rechazaron a la promoción de discursos antivacunas que se instalaron la semana pasada en el Congreso. En el Anexo a la Cámara de Diputados, el jueves pasado se realizó una presentación promovida por la diputada del PRO, Marilú Quiróz. El evento buscaba cuestionar la campaña de vacunación contra el Covid-19, argumentando que generaba una serie de aparentes efectos de magnetismo en el cuerpo de las personas.

“La vacunación es una política de salud pública esencial, respaldada por evidencia robusta que demuestra su capacidad para reducir mortalidad y morbilidad en todas las etapas de la vida. Los beneficios superan ampliamente los riesgos, que son infrecuentes y, en la gran mayoría de los casos, leves y transitorios. Los eventos adversos graves son extremadamente raros y se monitorean mediante sistemas de farmacovigilancia”.

“Protegerse uno es proteger a los demás: al vacunarnos, reducimos la circulación de los patógenos y cuidamos a las personas más vulnerables. Como lactantes, personas con inmunodeficiencias, adultos mayores”.

“Los profesionales de la salud tenemos la responsabilidad de liderar con el ejemplo, manteniendo nuestros esquemas actualizados. Y recomendando activamente las vacunas indicadas a cada paciente”.

“La población general tiene un rol protagónico: consultar fuentes confiables. Completar los calendarios recomendados y no postergar la vacunación por temor o desinformación. Es una forma concreta de cuidar la propia salud y la de la comunidad”.

“Las vacunas no son una opinión, son una herramienta científica probada que cambió la historia de la humanidad. Evitando millones de muertes, discapacidades y sufrimiento evitable. Mantener y ampliar las coberturas de vacunación es una responsabilidad compartida entre los sistemas de salud, los equipos profesionales y toda la sociedad”.

“Afirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando, junto a otras instituciones nacionales e internacionales. Para promover la vacunación informada, accesible y equitativa, como pilar fundamental de la salud pública y del derecho de todas las personas a vivir más y mejor”.

Las entidades también subrayaron que “las vacunas actúan antes de que aparezca la enfermedad, evitando la infección o reduciendo su gravedad. No solo disminuyen el riesgo individual, sino también el riesgo colectivo (inmunidad de grupo), protegiendo especialmente a quienes no pueden vacunarse”.

“Modelos recientes estiman que, entre 2021 y 2030, las vacunas contra 14 patógenos evitarán alrededor de 51,5 millones de muertes si se alcanzan las metas de cobertura de la Agenda de Inmunización 2030”.

“La cobertura global de la vacuna triple bacteriana (DTP3), indicador clásico de la vacunación infantil, alcanzó aproximadamente el 85% en 2024. Aun así, 14,3 millones de niños no recibieron ninguna vacuna (“cero dosis”) y millones más están parcialmente vacunados”.

“Los modelos de impacto sugieren que las vacunas contra COVID-19 evitaron cerca de 19–20 millones de muertes en el primer año de su implementación a escala mundial. Incluso en el contexto de una pandemia sin precedentes. Este dato refleja el valor de contar con plataformas de vacunación capaces de responder rápidamente frente a nuevas amenazas”.

“La vacuna contra la hepatitis B previene infecciones crónicas que pueden evolucionar a cirrosis y cáncer de hígado. Se estima que, hasta 2030, la vacunación contra hepatitis B podría evitar alrededor de 14 millones de muertes”.

“Las vacunas contra neumococo, Haemophilus influenzae tipo b (Hib) y el rotavirus redujeron de forma significativa las neumonías graves. Y las diarreas potencialmente mortales en la infancia, principalmente en países de bajos y medianos ingresos. Esto se traduce en menos internaciones, menos secuelas y menos muertes evitables”.

“La vacunación contra el sarampión redujo las muertes por esta enfermedad en un 88% entre 2000 y 2024, evitando casi 59 millones de fallecimientos en ese período. Antes de la amplia disponibilidad de la vacuna, el sarampión causaba cientos de miles de muertes al año. Gracias a las campañas de vacunación, los casos y las muertes disminuyeron de forma drástica. Sin embargo, la caída de coberturas en los últimos años llevó a un resurgimiento de brotes en varios continentes. Lo que demuestra que, cuando se pierde la confianza o el acceso a las vacunas, las enfermedades reaparecen”.

“Estos números muestran que la vacunación no es una recomendación deseable, sino una herramienta imprescindible para reducir mortalidad y morbilidad por enfermedades prevenibles”.

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