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Esclerosis múltiple: identifican proteínas novedosas implicadas en la neurodegeneración

Investigadoras del Conicet en la Fundación Instituto Leloir (FIL) identificaron proteínas novedosas implicadas en la esclerosis múltiple. Lo hicieron por medio de análisis de proteómica de tejidos y fluidos de un modelo animal que replica las lesiones de la corteza cerebral de las formas progresivas de la enfermedad.

Como publicaron en Frontiers in Immunology, estas moléculas podrían facilitar el hallazgo de biomarcadores. Y también nuevos blancos terapéuticos para el desarrollo de futuras terapias contra la afección cortical que hoy no tiene opciones terapéuticas.

La forma más común de la esclerosis múltiple (recurrente-remitente) cuenta con varias opciones terapéuticas. Gracias a las cuales los pacientes hoy pueden tener una buena calidad de vida, pero la variante progresiva de la enfermedad suele afectar más frecuentemente a la corteza cerebral. Y se manifiesta con una discapacidad física y cognitiva más severa.

Ahora, un trabajo identificó en un modelo animal de esclerosis múltiple propio proteínas novedosas. Que podrían servir para el diagnóstico del compromiso cortical o como blancos para futuras terapias específicas. Este trabajo lo lideraron las investigadoras Carina Ferrari y Berenice Silva, del grupo que dirige Fernando Pitossi en la FIL.

“En 2018 dimos a conocer en una revista internacional un nuevo modelo animal de esclerosis múltiple que creamos. Y que refleja aspectos clínicos, anatomopatológicos, comportamentales y radiológicos importantes. De la forma más discapacitante de la enfermedad, incluyendo la degeneración progresiva de las neuronas de la corteza”. Asi lo aseguró a la Agencia CyTA-Leloir Silva, primera autora del artículo.

”Gracias a la proteómica, ahora obtuvimos en ese mismo modelo un perfil de qué proteínas están actuando en los procesos de neurodegeneración, inflamación y desmielinización. Tanto en la lesión cortical como en el líquido cefalorraquídeo”,

“Por un lado esto termina de validar nuestro modelo. Ya que en algunos aspectos es similar al perfil de las proteínas de otros modelos más aceptados en la comunidad científica a nivel mundial. Como el de la encefalitis experimental autoinmune, que llevó a la creación de algunos de los tratamientos disponibles para la esclerosis múltiple. Y por otro, nos permitió obtener un listado de 16 moléculas nuevas en corteza y siete en el líquido cefalorraquídeo. Que hasta ahora nadie relacionó con la neurodegeneración característica de esta variante de la enfermedad”.

Además del modelo animal creado en la FIL, sólo existen otros tres en el mundo para estudiar las lesiones corticales. “Para nosotros, el nuestro es uno de los modelos que representa mejor el deterioro crónico del sistema nervioso durante la patología en las formas progresivas. Ya que la lesión que generamos persiste por más de 60 días en la corteza cerebral. Algo que hasta el momento no se logró por otros grupos de investigación en el mundo. Además, podemos reproducir mediante estímulos periféricos inflamatorios la llamada ‘lesión crónica activa’. Que hoy sabemos que es la que más discapacidad genera”.

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica que afecta a 3 millones de adultos jóvenes en todo el mundo y a más de 15 mil en nuestro país. Se caracteriza por el ataque del propio sistema inmune a la sustancia que recubre las fibras nerviosas (mielina) del sistema nervioso central. Y que con el tiempo lleva también a la muerte de neuronas.

Para llegar a las conclusiones del flamante artículo, el grupo que participó del estudio y lideró Ferrari envió a España tejidos de lesiones corticales. Para que allí realizaran el análisis de las proteínas. Mientras que en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) analizaron muestras de líquido cefalorraquídeo de los animales.

“En total obtuvimos unas 6.000 proteínas expresadas en tejido y 4.000 en el líquido cefalorraquídeo. Pero aplicando diversos análisis estadísticos más profundos pudimos reconocer cuáles eran las que más se expresaban. Y entonces achicamos la lista a 45 y 48 moléculas, respectivamente”, explicó Ferrari.

Entre las proteínas identificadas, hay varias que hasta ahora nadie asoció con esta variante de la enfermedad. “Pero, sobre todo, hay dos que nos entusiasman especialmente porque se vieron muy aumentadas en ambos tipos de análisis: orosumucoid-1 y S100A8”, informó Ferrari. En una próxima etapa se buscará validar estos resultados por medio de otros métodos: inmunohistoquímicos para el tejido de la corteza y ELISA para el líquido cefalorraquídeo.

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