enfermedad ocular tiroidea

Enfermedad ocular tiroidea: una condición poco conocida que impacta la visión y la calidad de vida

La enfermedad ocular tiroidea es una condición autoinmune que afecta la visión y la calidad de vida de los pacientes. Se trata de una enfermedad progresiva en la que el sistema inmunitario ataca por error los tejidos grasos y musculares detrás de los ojos. Causando inflamación, enrojecimiento e hinchazón y dañando los tejidos que rodean el ojo. Como consecuencia, aparecen cambios muy visibles como proptosis (efecto de ojos saltones), estrabismo (desalineación o desvío de los ojos) o visión doble. De hecho, hasta un 9% puede sufrir incluso pérdida de visión.

Sin embargo, llegar al diagnóstico puede resultar una odisea. Es por eso que profesionales de la salud se unen al llamado global para darle visibilidad.

La enfermedad ocular tiroidea también se la conoce como “Oftalmopatía de Graves”. Es porque está estrechamente relacionada con la enfermedad de Graves (hipertiroidismo). Pero puede manifestarse también en personas con función tiroidea normal o incluso hipotiroidismo.

“Entre el 25% y el 50% de las personas diagnosticadas con Graves desarrollarán algún síntoma de TED”. Así lo afirmó Anabela Zunino, miembro del Departamento de Tiroides de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo. Por su parte, Joaquín González Barlatay, jefe de Oculoplastia del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano, indicó que “del total de personas con enfermedad ocular tiroidea se estima que aproximadamente el 90% corresponden a pacientes con la enfermedad de Graves. Mientras que el resto no tiene problemas de tiroides o son hipotiroideos”.

La enfermedad ocular tiroidea puede presentarse en hombres y mujeres, aunque son las últimas quienes más la padecen. Sin embargo, las manifestaciones más severas de la enfermedad se dan en hombres mayores. “En términos de incidencia, mientras que la relación en las mujeres es de entre 2,67 y 3,3 por cada 100.000 mujeres, en los hombres este número desciende a entre 0.54 y 0.9”. Así lo precisó Mariana de Virgiliis, jefa de Docencia e Investigación del Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze.

Los síntomas más comunes que presentan las personas con enfermedad ocular tiroidea incluyen sensación de sequedad o “arenilla” en los ojos. Así como lagrimeo excesivo, enrojecimiento e hinchazón persistente de párpados, retracción palpebral, visión doble (diplopía). También dificultad para mover los ojos y dolor o presión detrás de los globos oculares.

Pero como sucede con muchas otras enfermedades, llegar al diagnóstico puede demorar más de lo deseado. Esto se debe, entre otras cosas, a que sus principales síntomas se asemejan a otras afecciones como alergias, ojo seco y conjuntivitis. “Es importante que la comunidad médica cuente cada vez más con información sobre qué es la enfermedad ocular tiroidea. Y qué síntomas corresponden con esta afección. Sobre todo en las guardias oftalmológicas, para colaborar con la llegada más temprana al diagnóstico”, explicó Gonzalez Barlatay.

La enfermedad ocular tiroidea es bifásica: tiene una fase activa (inflamatoria) y una fase inactiva (secuelas). Es por ello que el diagnóstico y tratamiento oportuno durante la fase activa son cruciales para reducir la inflamación. Además de limitar el daño estructural y evitar la necesidad de cirugías complejas en el futuro.

El diagnóstico suele llegar luego de la visita al endocrinólogo o al oftalmólogo. “Cualquiera sea el caso, el diagnóstico es un trípode que consta de la clínica del paciente, estudios por imágenes y el laboratorio. El paciente es diagnosticado cuando es positivo en dos de las tres pesquisas. En ocasiones, puede pasar que el paciente presente alteraciones oculares y cambios en los estudios de imágenes, pero no tenga hipertiroidismo. Estos casos son los menos frecuentes, pero suceden”.

Por su parte, Zunino señaló que “si quien recibe al paciente es un endocrinólogo, lo derivará a un oftalmólogo. Cuando el paciente llega al oftalmólogo sin diagnóstico de hipertiroidismo previo, la indicación es derivarlo al endocrinólogo. Ahí se da inicio a un tratamiento interdisciplinario que nos permite acompañar al paciente a lo largo de todo el recorrido”.

Leave A Comment

WP to LinkedIn Auto Publish Powered By : XYZScripts.com