
Colesterol alto: el enemigo silencioso que puede desencadenar un infarto
- Redacción
- 29 septiembre, 2025
- Salud
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La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte a nivel global, generando más muertes que el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas.. Los niveles de colesterol LDL alto se consideran el principal factor de riesgo de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (conocida genéricamente como aterosclerosis).
Frente a este escenario, diversas sociedades científicas argentinas dieron a conocer un consenso. Con la recomendación de un modelo unificado de los informes de laboratorio sobre lípidos y lipoproteínas. Con el fin de mejorar la detección temprana y el seguimiento de pacientes con dislipidemias en riesgo cardiovascular.
Se estima que unas 18 millones de personas fallecen por año por causas cardiovasculares y este número está en aumento. Estimándose casi 24 millones de muertes para el año 2030. Si bien se trata de una problemática multifactorial, hay robusta evidencia que demuestra el rol causal del colesterol LDL alto en la enfermedad cardiovascular.
“El colesterol es una grasa (lípido) que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Todos tenemos colesterol y sin él no podríamos vivir. Sin embargo, tener demasiado puede ser dañino. En especial, un nivel alto de colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad, por sus siglas en inglés) puede acumularse en las arterias y dificultar el paso de la sangre”. Así lo explicó Walter Masson, presidente de la Sociedad Argentina de Lípidos (SAL). “El acumulo de colesterol en la pared de las arterias produce placas de aterosclerosis (o también conocido como ateroma). Debido a que las placas se acumulan silenciosamente reduciendo lentamente el calibre de dichas arterias, el riesgo de sufrir un evento cardiovascular aumenta. Y muchas veces no es detectado hasta que ocurre un infarto cardíaco o un accidente cerebrovascular”.
Existen ciertos factores que influyen en la posibilidad de tener niveles de colesterol elevados. Entre ellos se encuentran: estilo de vida, antecedentes familiares, la edad, el sobrepeso. Según datos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de riesgo, en Argentina, “3 de cada 10 personas mayores de 18 años tienen niveles de colesterol LDL más altos que lo aconsejable”.
Frente a este escenario, la Fundación Bioquímica Argentina (FBA) impulsó una recomendación de un modelo unificado de informe del laboratorio de lípidos y lipoproteínas. Consensuada y avalada conjuntamente con cuatro sociedades médicas clave en el área. La Sociedad Argentina de Lípidos (SAL), la Federación Argentina de Cardiología (FAC), la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Federación Argentina de Sociedades de Endocrinología (Fasen).
“Esto garantiza, por un lado, un lenguaje común para un objetivo común. Y a su vez, que el modelo se perciba como un lenguaje construido entre pares. Esto facilita que los médicos adopten el informe, ya que refleja un acuerdo entre ambas profesiones sobre cuál es la mejor manera de reportar los resultados”. Así lo indicó Gabriela Berg, directora del Programa de Control de Enfermedades Cardiovasculares (Procordis) de la FBA.
Este documento consenso entre las instituciones científicas nace de la necesidad de contar con un informe bioquímico de lípidos y lipoproteínas actualizado según las guías internacionales vigentes. Que permita la detección temprana de pacientes en riesgo cardiovascular y el seguimiento de pacientes con dislipemias. Actualmente existe una heterogeneidad de valores de decisión clínica en los informes bioquímicos, siendo necesario armonizarlos a nivel nacional.
“Sabemos que la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de muerte en nuestro país. Ante esta realidad crítica y para contribuir a su prevención, fue que impulsamos este modelo unificado de valores”, agregó Berg. “A partir de su implementación, se espera detectar de manera más temprana y eficaz a los pacientes en riesgo cardiovascular. Gracias a la utilización de valores de decisión clínica actualizados y uniformes”.
Por su lado, Masson señalo que “el principal avance es que los informes de laboratorio ahora son más claros. Evitando así confusiones tanto para el médico como para el paciente. Por ejemplo, ya no se usan valores ‘normales’ universales de colesterol LDL. Sino objetivos específicos según el riesgo cardiovascular de cada persona. Este nuevo documento revisa y actualiza el modo de comunicar los resultados relacionados con los lípidos. Por ejemplo, dos personas con el mismo colesterol LDL pueden necesitar objetivos diferentes. Hoy se sugieren valores de colesterol LDL menores a 116, 100, 70, 55 o 40 mg/dl para personas con riesgo bajo, moderado, alto, muy alto o extremo, respectivamente. El médico establecerá el riesgo cardiovascular y el objetivo de colesterol LDL a alcanzar por cada individuo. Teniendo en cuenta si tiene alguna enfermedad del corazón y otros factores de riesgo como presión alta, diabetes o tabaquismo”.
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