
Cáncer de mama después de los 70: por qué son las pacientes más afectadas
- Redacción
- 23 octubre, 2025
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- Cáncer de mama, Instituto Alexander Fleming, oncología, Portada
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El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la Argentina y en todo el mundo. Los controles ginecológicos y la prevención son herramientas fundamentales para su detección temprana. Esta brinda la posibilidad de iniciar el tratamiento con altísimas probabilidades de cura. Estos cuidados se deben respetar en todas las etapas de la vida y toman especial relevancia después de los 70 años, cuando se detecta uno de cada tres nuevos casos de cáncer de mama.
Como indican los datos del Ministerio de Salud en asociación con el INC (Instituto Nacional del Cáncer), el cáncer de mama representa en nuestro país el 16,2% de todos los casos nuevos. La mayoría se presentan al diagnóstico en estadíos tempranos. Es decir, tumores pequeños sin compromiso de los ganglios axilares. La curva de incidencia muestra un incremento a partir de los 50 años hasta la edad de 70-74 años (292,3 casos cada 100.000 mujeres). Y un descenso posterior hasta 85 años, cuando se equipara el riesgo a las mujeres de 45 años.
“El cáncer de mama en mujeres después de los 70 años representa más de un tercio de los casos nuevos que se diagnostican anualmente. Esta tendencia se explica por el envejecimiento poblacional y por el incremento de la expectativa de vida. Lo que hace que cada vez más mujeres vivan lo suficiente para desarrollar esta patología”. Así lo explicó Azul Perazzolo, ginecóloga y mastóloga del Centro Mamario del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Al profundizar sobre los motivos detrás de este fenómeno, la experta puntualiza en otro efecto de la edad como factor de riesgo. “Las mujeres mayores acumulan una mayor exposición a estrógenos endógenos y exógenos. Además de una menor capacidad de reparación del ADN, lo que incrementa la probabilidad de mutaciones oncogénicas y la aparición de varios tipos de cánceres, entre ellos el de mama”.
Los tumores de mama se dividen en luminales (expresan receptores de estrógeno y progesterona), HER2- positivo (expresan la proteína HER-2) y triple negativos (no expresan receptores de estrógeno, progesterona y HER-2). “En las personas mayores de 70 años suelen tener mayor probabilidad de ser luminales. Lo que implica que el tratamiento hormonal juega un papel crucial”. Esto explicó por su parte Laura Lapuchesky, oncóloga clínica del Centro Mamario IAF.
Las cifras de cáncer de mama en la Argentina arrojan un dato positivo. La tasa de mortalidad tuvo un descenso del 1% anual en el periodo 2002-2022. Sin embargo, los números absolutos siguen siendo altos. Cada año se registran 5.750 defunciones, con una tasa de mortalidad ajustada de 15,8 cada 100.000 mujeres. El riesgo de morir por cáncer de mama aumenta conforme avanza la edad, alcanzando su valor máximo en mujeres mayores de 80 años.
“En sí el cáncer de mama no es más peligroso después de los 70 años, pero sí es un grupo etario que presenta mayor comorbilidades. En IAF contamos con un oncogeriatra que nos ayuda a detectar la fragilidad oculta en estas pacientes. La evaluación gerontológica mide la edad funcional de la paciente que muchas veces no coincide con la edad cronológica. Nos referimos al funcionamiento real del organismo influenciado por el estilo de vida, factores ambientales y genéticos. Es sumamente importante realizar recomendaciones de tratamiento priorizando no empeorar la calidad de vida de las pacientes”, destacó Perazzolo.
Uno de los objetivos de la comunidad médica es difundir información de calidad que permita derribar los mitos que se generan por la difusión de falsas creencias o por la mala interpretación de datos correctos. En las pacientes mayores de 70 muchas veces se dice que los tumores “caminan más lento”. Lo que genera una peligrosa tendencia a subestimar el impacto de la enfermedad en esta etapa de la vida.
“Los subtipos biológicos del cáncer de mama que se diagnostican con mayor frecuencia en pacientes de edad avanzada suelen ser de crecimiento más lento. No obstante, el diagnóstico precoz y el inicio oportuno del tratamiento continúan siendo fundamentales para alcanzar las tasas más altas de curación”. Así lo explicó Verónica Fabiano, ginecóloga y mastóloga del IAF. La experta planteó que muchas pacientes mayores presentan comorbilidades y están polimedicadas, lo que puede generar una mayor reticencia frente a la propuesta de tratamientos oncológicos. “En estos casos, resulta esencial una evaluación integral del equipo multidisciplinario, donde el rol del oncogeriatra adquiere especial relevancia”.
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