
Cáncer de cabeza y cuello: alertan por su detección tardía
- Redacción
- 30 julio, 2025
- Salud
- Cáncer de Cabeza y Cuello, Instituto Alexander Fleming, Portada, tumor de orofaringe, virus del papiloma humano, VPH
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En la Argentina se detectan cerca de 3.500 casos por año de cáncer de cabeza y cuello, pero los expertos advierten por el subdiagnóstico en las primeras etapas de desarrollo. En los últimos años hubo un aumento de los tumores de orofaringe provocados por el virus del papiloma humano.
Los tumores de cabeza y cuello representan el sexto tipo de cáncer más frecuente en el mundo, con más de 700.000 nuevos diagnósticos al año. Y la Argentina se encuentra dentro de los países con un nivel medio-alto de incidencia. Por desconocimiento de sus síntomas, suelen detectarse en estadios avanzados cuando las probabilidades de cura son más bajas. A esto se sumó en los últimos años un factor de riesgo que tiene cada vez más peso. Están creciendo los casos de orofaringe asociados al virus del papiloma humano (VPH). Como consecuencia de los cambios en las conductas sexuales principalmente de los más jóvenes.
“En Argentina se diagnostican entre 3.000 y 3.500 tumores de cabeza y cuello por año. Aunque se estima que el número real de casos podría ser mayor debido a la subdetección, especialmente en estadios iniciales. La mortalidad depende de la localización anatómica y del estadio al momento del diagnóstico, pero en general, la sobrevida a cinco años es del 50% al 60%”. Así lo explicó Bárbara Berenstein, cirujana de Cabeza y Cuello del Instituto Alexander Fleming (IAF). Se estima que en nuestro país hay cerca de 900 muertes por año por esta enfermedad.
“Los tumores de cabeza y cuello pueden ser muy agresivos si no se diagnostican y tratan a tiempo. Presentan una alta tasa de recurrencia local y pueden comprometer funciones vitales como la deglución, el habla y la respiración. Sin embargo, cuando se detectan precozmente, las tasas de curación son elevadas y los tratamientos pueden ser menos invasivos”.
Dentro de este grupo de patologías oncológicas, las de cavidad oral, orofaringe, laringe e hipofaringe son las más comunes. Sin embargo, al ver las estadísticas globales, no todas se comportan igual. Los oncólogos vienen registrando una tendencia diametralmente opuesta. Mientras el cáncer oral sostiene un descenso progresivo, en los últimos 20 años se dio un fuerte aumento del orogaríngeo. Hoy representa cerca del 15% del total. Estuvo acompañado por una mayor cantidad de casos en pacientes sin antecedentes de consumo de alcohol o tabaquismo y se asocia directamente al impacto virus del papiloma humano (VPH).
“Cada vez sabemos más del cáncer de cabeza y cuello. Y justamente entre los avances más importantes figura el reconocimiento del VPH como el causal de los tumores de orofaringe. Son los que incrementaron más su frecuencia en el último tiempo, fundamentalmente en pacientes más jóvenes”. Así lo precisó Agustín Falco, oncólogo clínico especialista en Tumores de Cabeza y Cuello/Tiroides del Instituto Alexander Fleming. Según datos de la Sociedad Americana del Cáncer, el 70% de los cánceres que se alojan en la garganta hoy son causados por este tipo de virus y tiene un mayor impacto entre los hombres.
Existen más de 100 variantes de VPH, que es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en el mundo. Y se estima que cuatro de cada cinco argentinos van a entrar en contacto con alguna a lo largo de su vida. A pesar de esta alta probabilidad de exposición, sólo algunos terminarán desarrollaron un tumor de este tipo. “El hecho de que se identificó como factor etiológico en los tumores orofaríngeos, permitió desarrollar nuevas clasificaciones y abordajes terapéuticos diferenciados. Además, la vacunación contra el virus es una herramienta clave para prevenirlo”, destaco Berenstein.
Por su parte, Falco indicó que “los signos de alarma son muy variados dependiendo de la localización de cada tumor. Pero hay dos que son importantes. Uno es la presencia de un bulto en el cuello, como un nódulo que se puede palpar y que no desaparece con el correr del tiempo. Otro síntoma relevante es la presencia de alguna lesión en boca, como una úlcera que pasadas algunas semanas no cura bien”. También conviene prestar atención si se presenta un dolor persistente en boca o garganta o una disfonía extendida (cambios en la voz que duran más de dos semanas). Así como dificultad para tragar y un sangrado inexplicado por nariz o boca.
“La persistencia de cualquiera de estos síntomas por más de dos semanas justifica una consulta con un especialista. El diagnóstico precoz mejora significativamente las chances de curación y reduce la necesidad de tratamientos complejos”, destacó Berenstein.
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