
Bristol Myers Squibb se desprende de su histórica participación en China
- Redacción
- 19 septiembre, 2025
- Negocios
- BMS, Bristol Myers Squibb, Portada, SASS, Shanghai Pharmaceuticals Holding, Sino-American Shanghai Squibb Pharmaceutical, Sinopharm Group
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Bristol Myers Squibb (BMS) cerró un capítulo clave de su historia en China al vender el 60% de su participación en Sino-American Shanghai Squibb Pharmaceutical (SASS). Es la primera empresa conjunta que una farmacéutica de Estados Unidos estableció en el país asiático tras el inicio de las reformas económicas de los años ochenta.
La decisión forma parte de una estrategia de la multinacional para alinear sus recursos a nivel global. Y también reforzar el foco en medicamentos innovadores. En un contexto en el que los márgenes de los fármacos maduros y fuera de patente se redujeron significativamente en China. Debido a las políticas de compras centralizadas del sistema nacional de salud.
La planta de SASS se fundó en 1982 junto con Shanghai Pharmaceuticals Holding y Sinopharm Group. En un momento en que China recién abría su economía a empresas extranjeras, bajo el requisito de constituir joint ventures con compañías estatales.
Con un predio industrial de 58.000 metros cuadrados en Shanghái, la instalación se encargó de la producción de antibióticos, medicamentos cardiovasculares, analgésicos y tratamientos metabólicos. Entre los productos que salieron de la planta se encuentran el antiviral Baraclude para hepatitis y el analgésico Bufferin. También el suplemento vitamínico Theragran, el antihipertensivo Monopril y el antibiótico Velosef, además de otros medicamentos recetados y de venta libre.
Como informó un portavoz de la compañía, la venta de la participación en SASS no afectará el suministro de los productos en China ni la operación de la planta. Y forma parte de una política global que busca combinar capacidades internas con alianzas externas para garantizar confiabilidad y foco regional.
BMS destacó que sigue “firmemente comprometida” con el mercado chino y que su objetivo es acelerar la llegada de terapias innovadoras para un rango más amplio de enfermedades. Mejorando así la accesibilidad de los pacientes. Además, la empresa aseguró que acompañará a los empleados involucrados en una transición “fluida y respetuosa” durante el cambio de propiedad.
Aunque la compañía no reveló al comprador, fuentes del sector señalaron que Hillhouse Capital estaría detrás de la operación. Se trata de uno de los fondos de inversión más influyentes de Asia con antecedentes en biotecnología y farmacéutica.
La decisión de Bristol Myers se enmarca en un proceso más amplio que atraviesan varias multinacionales del sector. En los últimos años, compañías como UCB, Eli Lilly, GlaxoSmithKline, Takeda y Pfizer también vendieron sus negocios de medicamentos maduros en China. Debido a la baja rentabilidad de estos productos frente al nuevo esquema de compras estatales.
El año pasado, por ejemplo, la belga UCB concretó la venta de su unidad local de neurología y alergias. Incluyendo fármacos como Keppra, Vimpat y Zyrtec. Lo hizo por US$ 680 millones a un consorcio encabezado por CBC Group y Mubadala.
Más de cuatro décadas después de dar el puntapié inicial en la industria farmacéutica conjunta entre China y Estados Unidos, Bristol Myers Squibb cierra un ciclo histórico con la venta de su participación en SASS. Sin embargo, la compañía deja en claro que el movimiento no implica un retiro. Sino un rediseño estratégico para consolidar su presencia en un mercado que se convirtió en uno de los más relevantes del mundo para el desarrollo y la adopción de terapias innovadoras.
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